—Maldit0 hijo de put4. —Susurró al ver la marca en su mejilla. —Yo les ordené que no te lastimaran, pero ya pagó con su vida. —Engla frunció un poco el ceño, aún dormida se siente fuera de lugar. —Finalmente, te tengo y estoy listo para que te quedes a mi lado. —Su sonrisa fue auténtica, desde niño soñó con ese día. Los movimientos de Engla y los gestos de su cara fueron alabadas como un creyente alaba a un Dios. Esa sensación para ella es distinta, todo lo que percibe a su alrededor es distinto. No se siente como cuando su demonio la observa dormir, solo ese pensamiento bastó para poder abrir los ojos. —Einar. —Pronunció su nombre a la par que se sentó en la cama, la última vez que lo vio estaba lastimado. —Dios. —Susurró al ser consciente del dolor en su cuerpo y su mejilla. —¿Dónde estoy? —Miró a su alrededor, la habitación es tan blanca como la que comparte con Einar, pero muy distinta. Los muebles parecen estar cubiertos de oro y el piso parece de porcelana y su color blanco e
Leer más