Capítulo 54: Implorando un tardío perdón.
Mustafá y Seda, se toman un tiempo para salir del hospital a ver a Liam. Él insiste que lo acompañe a la casa de Sheila, de inmediato ella refuta:—Mejor ve tu solo, a ver al niño, no quiero ir a la casa de esa mujer.—Seda por Alá, ya lo hablamos. Te he dicho hasta el cansancio, que en mi vida la única eres tú.—Justo ahora lo sé Mustafá, pero no quiero ver el pasado, ni mucho menos míralo a la cara.—Ya estamos cerca, tengo que ir a ver a mi hijo. Liam me espera cariño, le prometí no ser un padre ausente.—Está bien, te espero afuera.—Seda, no seas malcriada.—No es malcriadez, entiéndeme por favor—frunce el ceño Mustafá ante su negativa.Minutos más tarde, baja Mustafá del auto y la toma de la mano, murmurándole con ternura:—Vamos, ven conmigo—Seda lo mira, bosqueja una tímida sonrisa y se deja guiar por él.De pronto, el pasado y el presente de Mustafá se une en una sola línea. Sheila está en la entrada de su casa con Liam y mira a Seda, con el mismo sigilo que ésta corresponde.
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