Pasaron dos días, Ava tenía babysitter y sirvientas, ella debió admitir que aunque se había repetido en muchas ocasiones, así misma que no quería a nadie en su casa, estaba más relajada y todo se mantenía en orden. Miraba por la ventana cuando el repartidor estaba en la puerta y fue a recibir su gran y hermoso ramo de flores rojas. ¡Era enorme!Se acercó y las olió, no sabía cómo, pero él había descubierto que eran sus favoritas, esto la hacía feliz y más después de leer la nota que traía.Nota: Romántico nunca fui, pero debo admitir que ni siquiera estas rosas tienen ese exquisito aroma que desprende tu piel.—¿Qué vemos aquí? —Yuli la encontró en medio de una sonrisa después de leer a su Romeo.—Solo trato de entender hasta donde quiere llegar Louis.Yuli caminó al recibidor y contempló las rosas —No sé lo que se está proponiendo, pero estoy segura de que lo va a conseguir.Lo que hizo que Ava sacará de su rostro la sonrisa casi de inmediato —No. Él solo está jugando y no quiero vol
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