—Entonces es un hecho —le dijo Conrado dándole la mano— ¿Me puedo ir? ¿Puedo confiar en que no volverás a intentarlo?Joaquín vio a Fabiana que se mantenía dormida, plácidamente y confiada, recostada en su pecho, y supo que por muchas ganas que tuviera de acabar con todo, no podía hacerle eso, ya su
Leer más