La recuperación de Carlo fue lenta, se necesitaron varios meses para que empezara a caminar de nuevo apoyado en una andadera, su pequeño hijo ya empezaba a gatear por todos lados, eso lo animaba a poner todo su empeño.A pesar del mal humor que a veces lo invadía, Fahriye lo trataba con paciencia y dulzura, él ya hablaba perfectamente, habían decidido no hablar sobre el pasado hasta que él estuviera completamente bien.—¡Por fin se ha dormido! —dijo Farh sentándose junto a él en la cama, la chica tenía quién cuidara de su hijo, pero prefería hacerlo ella misma cada vez que podía, aunque era agotador llevarle el ritmo.—Me desespera no poder ayudarte a cuidar de nuestro hijo, sé que pronto podré hacerlo, cuidaré de ustedes como es debido, te aseguro que voy a vivir solo para amarlos y protegerlos, ustedes dos son mi vida.Farh sonrió después se acostó junto a él, Carlo la atrajo aún más hacia él, hasta que la chica quedó prácticamente arriba.—¡Oye! —exclamó mientras reía.—Sabes que m
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