28. ¿No es un sueño?
—¿No? —Jack frunció el ceño ante la abrupta respuesta de Regina, también estaba asombrado, pues imaginaba que ella aceptaría, porque el material no era liviano.Regina tragó el nudo que se le formó en la garganta y se lamentó su reacción, pero tenía miedo de que alguien más, aparte de William, supiera sobre la existencia de la casita.—Perdone mi reacción, Jack, quizá es solo un capricho mío, pero me gustaría que cuando vean la huerta, sea un bonito espectáculo, ahora solo es tierra.Jack escuchó la excusa de Regina, no le parecía del todo válida, pues llevar materiales no era exponer nada del resultado, pero tampoco lo pensó mucho, pues si el deseo de la mujer era ese, él no la iba a contradecir. Tal vez en otra oportunidad ella se dejara ayudar y con gusto lo haría. —Está bien, no se preocupe —dijo, no entendía, pero tampoco tenía intención de pedirle explicaciones, sobre todo, porque deseaba ver a Serafina antes de marcharse.—Gracias, Jack —susurró.Jack asintió y procedió a baja
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