Helene sintió esas ya conocida sensación de terror, se sintió frustrada y estresada, estaba harta, de verdad estaba harta de sentir dolor, ese malestar, ese miedo constante, así que mientras esperaba la respuesta de Toro al otro lado del teléfono, su mundo comenzó a dar vueltas, así que tuvo que aferrarse al mueble para no caer de frente.— vamos, dime qué pasó — le preguntó ella, la voz le salió tan temblorosa que temió que el hombre al otro lado no hubiese entendido, pero Toro pareció entender ya que suspiró profundo antes de contestarle.— el torpe de tu esposo fue a enfrentar a Amadeus, lo golpeó, lo hirió y no sé cómo carajos hizo, pero su tío llamó, a alguien a un manicomio — Helene de un solo salto quedó de pie en medio de la sala, comenzó a caminar con el teléfono cerca de la chimenea.— ¿Cómo que un manicomio? — preguntó exasperada y el doble de asustada.— tienen a Itsac en un manicomio, para allá se lo llevaron, llegó una ambulancia por él y se lo llevó, está internado en e
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