Ninguno de los novios está escuchando lo que el sacerdote dice, a ambos parece no importarle el protocolo, sin embargo, Estefan no estaba dispuesto a soltar la mano de su esposa, por lo que en todo este tiempo la mantiene tomada firmemente. Volvieron en sí justo en la pregunta.—¿Señorita? ¿Señorita? —Elizabeth lo escucha lejano en un inicio hasta que Estefan le aprieta la mano.—Si… si… ¿Qué? —preguntó Elizabeth mirando al hombre frente a ella, Estefan solo sonreía.—¿Que si acepta al duque Wolf como su legítimo esposo?“Claro, no tengo opción” —piensa antes de responder —¡Si, acepto!—Y usted, duque Wolf, acepta a la joven Elizabeth…¡Por supuesto! —el sacerdote negó con la cabeza, ya que esa no debería ser la respuesta —¿Acaso quieres que diga que no? —Elizabeth se giró al verlo sonreír tras decir esa frase y se enfureció.—Solo tienes que decir, Sí.—Es lógico que diré que acepto, un ¡por supuesto! es suficiente, te perseguí y me comprometí antes que nadie. En sí, la pregunta es t
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