89. Vigilia di capodanno
Alejandra sintió que un escalofrio la recorrió desde la nuca hasta los pies, cerró los ojos y respiró profundo para evitar el pánico mientras Felipe permanecía tranquilo.-Seguro se distrajo con algo, vamos a buscarlo.Ella se quedó en la casa mientras Felipe y Edmundo se encargaban del jardín y los alrededores.-¡Rayos! Franco... se me olvida que tengo guardaespaldas. Tomó el teléfono y lo llamó y en cuestión de segundos estaba entrando a la casa.-¿Has visto a Francesco?-Lo dejé con don Edmundo hace unos veinte minutos... señorita, no me diga que... -paró al ser interrumpido por la palma levantada de ella.-¡Nada, Franco!, no ha pasado nada, debe estar distraído, ayúdame a encontrarlo...Unos minutos antes Edmundo caminaba con Francesco al auto cuando el pequeño le dijo:-Nonno, quiero llevar merienda para que comamos allá, como un campamento. Voy a la cocina a que mi ninna nanna me la prepare.-Esta bien, hijo; mientras tanto reviso el auto.El pequeño corrió a la cocina que estaba
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