Todos los capítulos de LA VENGANZA DE LA LOBA TRAICIONADA: Capítulo 51 - Capítulo 60
80 chapters
Capítulo 51
Apolo, llamó a Freya y a Siena para comentarles la conversación que había tenido con Isis. Les explicó sobre la ruptura del hechizo y cómo las feromonas liberadas por ellas podrían afectar a sus mates. Con voz tensa, le pidió a Freya que buscara a Lucía y se asegurara de que estuviera bien. Desde que salió del refugio, su lobo no dejaba de aullar y gruñir, inquieto y desesperado, era algo que Apolo lo mantenía angustiado.Freya, aún con el cabello húmedo, revisó su armario y optó por un vestido de flores fresco y ligero. Luego salió de la habitación y se dirigió hacia la de sus hijos, pensando que Lucía estaría con ellos. Sin embargo, al abrir la puerta, se encontró con la habitación vacía, salió de allí y bajó las escaleras, con sus ojos buscaba a alguien que le pudiera decir donde estaban. Al ver a uno de los sirvientes, se acercó y preguntó con voz calmada.—¿Has visto a los niños? ¿Dónde están?—Están en el jardín, jugando —le informó el sirviente con una sonrisa amable.Freya asin
Leer más
Capítulo 52
Mientras tanto, Lucía era arrastrada hacia el bosque. Minutos antes, caminaba hacia la farmacia, sintiendo como su celo se apoderaba de su cuerpo y necesitaba algo para controlarlo. Sin embargo, al pasar por un callejón oscuro y solitario, una mano repentina la agarró con fuerza, cubriéndole la boca para evitar que gritara.Ella en pánico, forcejeó desesperadamente con el hombre, pero su atacante era más fuerte y la golpeó en el rostro con el puño cerrado, provocando que se desmallara. El otro extremo del callejón daba hacia el bosque, y su captor asomó la cabeza para asegurarse de que no hubiera transeúntes. Al no ver a nadie, la cargo como un saco de papas y desapareció por el bosque.Al llegar a una antigua cabaña, el hombre la llevó adentro y la recostó en un sofá. Luego comenzó a darle pequeños golpecitos en las mejillas, para que despertara.Lucía abrió los ojos lentamente. Lo primero que sintió fue una punzada de dolor en el pómulo izquierdo. Se llevó la mano al rostro y acarici
Leer más
Capítulo 53
El hombre soltó un gruñido de dolor y retrocedió un paso. Bajó la cabeza y observó con incredulidad cómo la sangre brotaba alrededor de la hoja. Luego alzó la mirada, y con sus ojos llenos de furia y odio, vociferó.—Maldita perra, de que te mato, te mato.Él con el puño cerrado le propinó un golpe en el estómago. Lucía se retorció y cayó lentamente de rodillas, su cuerpo convulsionaba de dolor. Un gemido ahogado escapó de sus labios entreabiertos mientras luchaba por mantenerse consciente. El hombre extendió nuevamente la mano para golpearla otra vez, pero, antes de que pudiera hacerlo, sus fuerzas lo abandonaron y se desplomó pesadamente en el suelo.Con la escasa voluntad que le quedaba, ella comenzó a arrastrarse por el piso rugoso. Su cuerpo magullado y dolorido, y su mente atormentada por la intensidad del dolor, apenas le permitían avanzar. Sin embargo, el instinto de supervivencia la empujaba a seguir moviéndose hacia la puerta, que era su única esperanza de escape.Al llegar,
Leer más
Capítulo 54
Del otro lado, ella al ver el número de su amigo en la pantalla, respondió de inmediato.—Hola, ¿Dime que la encontraste bien?—Sí. La encontré, pero malherida. Un desgraciado lobo la llevó a una vieja cabaña. —soltó un suspiro ahogado—. Mi loba es valiente; luchó por su vida.—Eso es terrible, Apolo. ¿Dónde están? Y ¿Qué pasó con ese lobo? Yo me encargaré de darle su merecido —respondió Freya con rabia en su voz.—Ella está en mi casa, en este momento el médico la está revisando, Por ese lobo asqueroso no te preocupes. Lucía lo había herido, y yo me encargaré de que no quede rastro de él —aseguró Apolo apretando los dientes y con los ojos entrecerrados.—Perdóname por no evitar que saliera de la mansión —expresó Freya con tristeza.—Tú no eres culpable de nada. El culpable de lo que le paso, soy yo, no la protegí como era debido. Oculté quién era para ella y la dejé al acecho de otros lobos.—Amigo, no te culpes —dijo Freya con voz suave, intentando transmitirle calma—. Ella va a esta
Leer más
Capítulo 55
Después de pasar el día con sus hijos y acompañarlos hasta que cayeron dormidos, Crono se dirigió hacia la habitación de Freya. Con delicadeza, giró la manilla y entró en silencio. La encontró distraída sentada frente al espejo, peinándose el cabello.Freya se sobresaltó al notar la presencia de Crono, y un repentino nerviosismo se apoderó de su cuerpo, provocando pequeños espasmos que la delataban. Durante todo el día, había evadido cualquier encuentro con él. Se volteó lentamente hacia él y, con una aparente calma habló.— ¿Qué haces aquí? No tienes derecho a entrar en esta habitación sin mi consentimiento.—Tus feromonas me llaman, Freya. Recuerda que ya eres mía, y tu deber es dormir conmigo en la misma habitación —explicó Crono, esforzándose por contener las ganas de lanzarse sobre ella. No quería actuar impulsivamente; solo deseaba aclarar algunas cosas, hablar con ella sobre sus hijos—. También debemos hablar sobre nuestros cachorros ¿Cuándo pensabas contarme de ellos?Por el bi
Leer más
Capítulo 56
Lucía se despertaba sobresaltada, en su rostro solo se podía ver confusión y miedo. Fijó su mirada en el hombre sentado a su lado y le preguntó casi en un susurro.—¿Dónde estoy? —Se llevó la mano a su mejilla adolorida mientras los recuerdos de lo que había vivido llegaban a su mente—. Yo lo maté... —balbuceó, temblando, mientras las lágrimas empezaban a rodar por sus mejillas—. Yo lo maté, él quería hacerme daño. Te juro que no quería hacerlo. No quiero ir a la cárcel.—Cálmate, Lucía. Tú no lo mataste. Yo llegué a esa cabaña y me encargué de castigarlo por forzarte a algo que no querías. No te atormentes por algo que no hiciste. Además, solo te defendiste de ese desgraciado —Apolo intentaba tranquilizarla, sintiendo cómo su corazón se apretaba al verla en ese estado.—Pero yo lo vi caer al suelo, yo le clavé un cuchillo —ella alterada, empezó a gritar—. ¡Yo solo me defendí! Ese alfa quería obligarme a estar con él, pero yo no quería que me tocara. —Se inclinó un poco, sintió un fuer
Leer más
Capítulo 57
Una semana después, Freya decidió visitar a su padre junto con los niños. Además, planeaban pasar por el refugio, ya que los pequeños extrañaban mucho a los orcos y estaban emocionados por ir a verlos. Crono quería acompañarlos, pero debía quedarse para resolver los problemas en la región del sur. Desde la toma de esas tierras, las rebeliones en las manadas se habían vuelto frecuentes. Aunque Dionicio y sus guerreros habían logrado mantener el control, Crono sabía que debía estar preparado para partir hacia esa zona si los conflictos escalaban. No quería separarse de su familia, pero Freya le aseguró que estarían bien sin guardaespaldas y lo mantendría informado durante el transcurso del viaje. Con tristeza, se despidió de sus hijos.Freya inició su viaje por carretera mientras los niños charlaban animadamente en el asiento trasero. Sin embargo, la tranquilidad se rompió cuando, a mitad del camino, Freya notó que dos carros se acercaban. Instintivamente, pisó el acelerador, pero los ve
Leer más
Capítulo cincuenta y ocho 58
Freya quería correr más rápido, pero sus pequeños se lo impedían. Deseaba cargarlos, pero eran tres, y eso haría sus pasos más lentos. Con angustia, miró a su alrededor: solo árboles que parecían cerrarse sobre ellos. Mientras intentaba pensar qué hacer, escuchó la voz en su cabeza. "Déjame salir. Puedo llevar a mis cachorros en mi lomo. Soy más rápida".Al escuchar a su loba, Freya se detuvo bruscamente y se volvió hacia sus hijos. Sus ojos se suavizaron al ver sus caritas asustadas. Se agachó a su altura y, con una voz que intentaba mantener calmada, les dijo.—Fénix va a emerger. Deben subirse a su lomo y aferrarse con todas sus fuerzas a ella. Mi loba los llevará a un lugar seguro y los dejare allí. Cuando el peligro pase, papá y mamá estarán con ustedes. ¿Entendido?Los cachorros asintieron con movimientos torpes de cabeza, y sus ojos brillaban de miedo. Ajax fue el primero en reaccionar:—¡Mami! ¡Será como montar a los orcos! —exclamó con esa mezcla de miedo y emoción que solo l
Leer más
Capítulo cincuenta y nueve 59
Psique se aferró al vestido de Freya con sus pequeñas manitas temblorosas, sus lágrimas dibujaban un sendero brillante en su rostro.—¡Mami, no te vayas! Ese lugar se ve oscuro y feo... No… no quiero quedarme aquí sin ti— su voz se quebró como cristal fino.Freya cerró los ojos, para reprimir sus propias lágrimas que ardían detrás de sus párpados. Ella no deseaba abandonar a sus cachorros a la intemperie y al peligro, pero no tenía otra opción. Al abrir los ojos, inhaló profundamente varias veces, llenando sus pulmones de aire, buscaba en cada respiración la fortaleza que necesitaba para separarse de ellos.—Mi princesa... no me hagas esto más difícil —acarició el rostro húmedo de la niña con la yema de sus dedos—. Toma las manos de tus hermanos y prométeme... prométeme que no las soltarás hasta que llegue papi. ¿Lo harás por mami?La pequeña asintió entre hipidos convulsivos, tomo la manito de su hermanito que era el que estaba más cerca y entrelazaron sus deditos diminutos. Cuando a
Leer más
Capítulo sesenta 60
Eris vagaba entre los árboles como un espectro, perdida en sus pensamientos. Al llegar a una formación rocosa, se dejó caer sobre una piedra fría. De pronto, escuchó unos pequeños quejidos, tan leve que casi se confundía con el susurro del viento. Curiosa, buscó el origen del sonido, descubrió una grieta estrecha en las rocas. Al asomarse, quedó atónita al distinguir las siluetas de tres niños. Sus cabellos dorados eran inconfundibles. "Los hijos de Freya", pensó, y un nudo de culpa le apretó la garganta.—Niños, salgan de ahí —llamó en voz baja, midiendo con la mirada la estrecha abertura que su cuerpo adulto no podría atravesar.Los pequeños se sobresaltaron al escuchar su voz. Dentro de la cueva, el llanto de Psique se hizo más agudo.—¡Metis… los… malos nos encontraron! —su vocecita temblaba como cristal a punto de romperse.Eris se arrodilló, acercando su rostro a la grieta:—¿Ustedes son los hijos de Freya?—¿Usted conoce a mamá? —preguntó Ajax con su vocecita infantil.—Sí, peq
Leer más
Escanea el código para leer en la APP