Inicio / Romántica / MILAGRO DE AMOR / Capítulo 1 - Capítulo 10
Todos los capítulos de MILAGRO DE AMOR: Capítulo 1 - Capítulo 10
59 chapters
La Empresa Torrens
Albert Punto de VistaMe senté y me froté los ojos. Se me habían puesto vidriosos por todo el papeleo que había sobre mi mesa. Me entusiasmaba la idea de internacionalizar la empresa de calzado de la familia, pero la cantidad de trámites burocráticos y de obstáculos que había que superar eran suficientes para hacerme estallar.Sacudiendo la cabeza para quitarme las telarañas, me centré en la tarea que tenía entre manos: conseguir un distribuidor europeo. Esperaba que la teleconferencia que estaba manteniendo con Amer Len cerrara el trato y pudiéramos seguir adelante con nuestra expansión.Llamaron a la puerta y ésta se abrió. Mi hermano Perseo asomó la cabeza. —La abuela quiere una reunión.—Tengo una llamada en breve. —Se encogió de hombros. —Dice que es importante.Comprobé que tenía todas mis notas y datos para la llamada listos en mi escritorio para cuando volviera. Luego, seguí a Perseo a la sala de conferencias.Mi abuela ya estaba en la cabecera de la mesa con su asistente de
Leer más
Compromiso Falso...
Amelia Punto de VistaFruncí el ceño mientras pasaban los minutos y mi jefe aún no había vuelto a su despacho. Me había ido un momento a rellenar mi café y cuando volví, ya no estaba. Y todavía continuaba fuera cuando en pocos minutos tenía programada una videollamada con un distribuidor europeo. No era propio de él llegar tarde o hacer cosas de última hora. Albert Torrens era un hombre centrado y meticuloso con su trabajo. Entonces, ¿qué le había sacado de su oficina, especialmente justo antes de una reunión tan importante?Andi, la asistente de la matriarca y jefa de Torrens Incorporated, Margaret Torrens, entró en mi área de trabajo.—¿Qué ocurre? —preguntó.—Tenemos una llamada importante en unos minutos y mi jefe está ausente. Tiene que cerrar este negocio hoy —dije, revisando mis archivos por enésima vez para que, cuando llegara, estuviera preparada para reunirme con él—. ¿Lo has visto?—Margaret convocó una reunión de última hora, así que está en la sala de conferencias con sus
Leer más
Cabeza Loca
Albert Punto de VistaHabía perdido la cabeza. Acababa de sugerir que me casaba con mi asistente para cerrar un negocio. La estaba tocando de manera personal. La señora Nichols seguro que me demandaba por acoso sexual.Pero necesitaba este trato y seguramente habría una manera de hacer feliz a Amer Len sin tener que casarme. Podía comprometerme, cerrar este trato, y como Amer Len experimentaría una gran relación comercial con Torrens Incorporated no importaría si estaba casado o no. En ese momento, la señora Nichols y yo podríamos cancelar tranquilamente la boda.—¡Felicidades! —exclamó Amer Len—. Tengo algo más que celebrar con mi esposa esta noche. Somos unos románticos empedernidos.Me pregunté si eso estaba en el ADN francés. Miré a la señora Nichols, que estaba a mi lado, con la esperanza de que estuviera de acuerdo. Tenía los ojos muy abiertos y estaba seguro de que iba a desenmascarar mi mentira. Dios, solo podía imaginar lo que Amer Len pensaría de mí entonces.—No esperabas q
Leer más
Soñando con mi Jefe...
Amelia Punto de VistaA veces, tenía experiencias que, en retrospectiva, me preguntaba si había entendido mal la situación. Quizá no había escuchado bien la conversación. Eso era lo que pensaba de la conversación con Albert y el señor Len. Pero cada vez que repetía la teleconferencia en mi cabeza, llegaba a la misma conclusión; Albert Torrens me había pedido que fingiera casarme con él por un negocio. Pero luego pensaba que eso no podía ser cierto. Era mi jefe. Era un hombre serio, centrado y con integridad. No podía haber sugerido que viajáramos a Italia para casarnos.Durante el resto del día, discutí conmigo misma sobre lo que había pasado. Y para cuando me dirigía a casa, todavía no podía estar segura de que él quisiera decir lo que había dicho o de que yo hubiera entendido lo que había querido decir. La única solución era contárselo a mi hermana y ver qué pensaba. Mary era más que mi hermana y compañera de piso; también era mi mejor amiga. Confiaba en ella y sentía que podría ayu
Leer más
Oportunidades Prohibidas
Albert Punto de VistaEn lo que iba de mañana no había visto ningún documento legal que indicara que la señora Nichols iba a demandarme. Pero era temprano. No dejé de darle vueltas en toda la noche a la idea de que iba a darse cuenta de la oportunidad que se le presentaba con mi ridícula propuesta. ¿Por qué aceptar un cheque cuando podía demandarme por millones? No es que ella fuera del tipo litigioso u oportunista, pero me había pasado de la raya.Mi abuela estaría muy decepcionada. Eso me quemaba las tripas. Había trabajado muy duro para llenar el lugar que mi padre había abandonado tras la muerte de mi madre. No es que lo culpara. Yo tenía diez años cuando ella murió. Noah solo cinco. Mi padre, al que nunca le gustaron los negocios, prefirió quedarse en casa y criarnos a mí y a mis hermanos. Mi abuela lo apoyó emocional y económicamente para que eso sucediera. Pero, cuando crecí, pude ver que mi padre nunca se recuperó de la pérdida de mi madre. Y me di cuenta de que mi abuela espe
Leer más
Culturizándome
Amelia Punto de VistaTorrens Incorporated era una empresa familiar en todos los sentidos, así que era imposible que Albert y yo pudiéramos llevar a cabo esta farsa sin que su familia lo supiera. Por ese motivo no me preocupaba convencer a Andi de que fuera de compras conmigo. Margaret estaba fuera por la mañana y el horario de Andi era lo suficientemente flexible como para tomarse unas horas para ayudarme. Además, era por el negocio.Resultó que ella estaba mucho más interesada en las compras de la boda que yo.—Llevará un traje, ¿no crees? —me dijo mientras manoseaba las filas y filas de vestidos de novia en una boutique de disfraces a la que habíamos ido—. No un esmoquin.—No lo sé. —Ni siquiera se me ocurrió preguntarle.—Creo que un traje. Y es en Italia, así que debería de ser algo clásico y con encaje. Oh, y un poco sexy también.—Nada de sexy. No soy así —dije. Me miró por encima del hombro. —Si no hay sexy, Len podría sospechar. Toda novia no solo quiere estar guapa, sino qu
Leer más
Bendecidos por Cupido
Albert Punto de VistaUna cosa era planear una locura como casarse de forma fraudulenta con mi asistente, pero llevarla a cabo era una experiencia totalmente nueva con la que me costaba lidiar. No se trataba de la actividad vertiginosa para conseguir un pasaporte, ni de entregarle algún trabajo a mis hermanos mientras intentaba mantener a mi abuela al margen, ni de averiguar qué traje me pondría para pronunciar mis falsos votos. No, la dificultad radicaba en sentarse en un asiento de primera clase junto a mi asistente mientras nos preparábamos para volar a Italia para una boda falsa.Nunca había viajado con ella, y aunque lo hubiera hecho, habría seguido siendo profesional. No es que esta situación fuera a convertirse en algo personal, pero como mi falsa prometida, tampoco podía tratarla como mi asistente. ¿La cogía de la mano o la rodeaba con el brazo? ¿Esperaba que la besara? Me estaba volviendo jodidamente loco no saber cómo debía comportarme para llevar a cabo la farsa sin que ell
Leer más
Belle Amour
Amelia Punto de VistaCambiaría totalmente mi boda de ensueño en la playa por una aquí en, Belle Amour. La casa, los jardines, todo era impresionante. Había visto fotos de Italia en libros y en Internet, pero las fotos no hacían justicia a la realidad.Había habido algunos momentos incómodos con Albert en el avión, pero una vez que acordamos pensar en nuestra relación como una amistad, él pareció relajarse, lo que hizo que yo también me relajara. Eso me permitió centrar mi atención en este viaje que sería único en mi vida, e hice la promesa de aprovecharlo al máximo. Haría fotos, aunque sabía que no serían tan buenas como las reales. Quería compartirlo con Mary en la medida de lo posible. Saqué mi teléfono y tomé una foto de la casa para enviársela por mensaje.Paolo aparcó el coche y salió, abriéndome la puerta. Al bajar respiré el aire limpio de la Toscana y suspiré; Olía como debería oler Italia.Albert salió por mi lado y me puso la mano en la espalda. Oh sí, puede que seamos amig
Leer más
Fantasía Sexual
Albert Punto de VistaOh, estaba casi desnuda y era impresionante. No vi mucho y no por mucho tiempo, pero lo que vi me dejó sin aliento. Hombros de nácar por los que quería arrastrar mis labios. Una larga y espesa cabellera castaña que mis dedos ansiaban tocar. Su toalla estaba ajustada alrededor de su cuerpo, mostrando los fantásticos globos de sus nalgas. Y sus piernas desnudas... Dios... lo que haría por tenerlas alrededor de mis caderas.La vi un momento y, en un instante, desapareció tras la puerta del dormitorio. Tal vez lo había soñado, pero mi entrepierna estaba tan dura y dolorosa en mis pantalones que no podía ser una ilusión.Sin embargo, yo era su jefe. No podía pensar en ella como un objeto sexual. La imagen de su cuerpo con la toalla volvió a aparecer en mi cerebro. ¿Cómo diablos podía dejar de pensar en ella de esa manera?Intenté volver a concentrarme en los correos electrónicos que estaba revisando, pero fue inútil. Así que decidí ducharme. Tal vez enfriaría el ardor
Leer más
La Boda
Amelia Punto de VistaMe desperté sobresaltada, sin saber dónde estaba. Entonces, todo me vino a la mente. Estaba en Italia con mi jefe. Hoy me iba a casar. Más o menos.Mientras contemplaba las flores, mi precioso vestido y el sonido de un cuarteto de cuerda, me pregunté si esta hermosa boda falsa arruinaría de algún modo el disfrute de la real cuando me casara de verdad. Hoy era como un cuento de hadas; una boda con la que todas las chicas soñaban. Pero no era real. Cuando me casara de verdad, lo más seguro es que fuese una boda pequeña. Tendría que esperar que mi amor por mi marido hiciera que no importara que no nos casáramos en Italia.A Albert se lo llevaron temprano por la mañana. Jean y un equipo de personas estaban conmigo preparándome. Después de que su estilista me peinara y maquillara, me puse el caro vestido que había comprado en San Diego.—Vaya, Amelia. Eres una visión —me dijo Jean cuando por fin estaba arreglada.—¿Tú crees? —Me miré en el espejo y tengo que admitir q
Leer más