Cap. 23.3
Aracne quería a Renata fuera de su camino, pero… si le hacía algo a cualquiera de ellas, Darién no se lo tomaría bien y sería ella quien pagaría las consecuencias, su pecho se sintió pesado, ella amaba al Nefilim, más que nada, de pronto pensó, si Rosa estaba desilusionada con Darién, tal vez… una sonrisa maliciosa se cruzó en su rostro y se marchó. Su vértigo se convirtió en paz y la sensación de vacío en su cuerpo se convirtió en serenidad, ella volaba, ella confiaba en el Nefilim, ciegamente su ser confiaba en él, hasta el punto dejar su vida en sus manos, se gira en el aire quedando boca abajo, abrió los ojos abriendo aun más sus brazos, la fuerte brisa que azotaba su cara le sacó unas légrimas así que los cerró de nuevo, unos fuertes brazos la sujetaron nuevamente con gentileza volviéndola a llevar arriba, otra vez en lo más alto, la volvió dejar caer, durante una hora la hizo volar, bailar, jugaba con ella en el aire, y Renata nunca había experimentado tanta libertad c
Leer más