Aunque no quisiera admitirlo, la realidad es que sus palabras, la constante duda de Dahlia sobre lo que podría llegar a suceder en un futuro, me causaba un enorme dolor, porque por primera vez en la vida, por primera vez quería realmente hacer las cosas diferentes y mientras ella más me negaba la credibilidad, más me provocaba deseos de demostrarle que sí puedo con esto, con esto y mucho más.De repente entró otra llamada, me sentía irritado, no tenía la menor gana de responder, pero vi que se trataba de mi madre y no pude negarme a tomarla, después de todo no era algo realmente constante eso de comunicarnos.—Mamá, ¿qué sucede? —le pregunté en cuanto respondió a la llamada.—Cariño, cielo —dijo con una leve risa a modo de saludo— Cuanto añoraba escuchar tu voz, quería saber si estás libre esta noche, tu padre me comentó que no apareciste por la empresa, así que nos gustaría que vinieras a cenar para que podamos tener una conversación, también porque tengo muchas ganas de ver a mis do
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