71. Eres una loba ahora
Dolor, lo único que Sofía podía sentir era un dolor tan agudo que eliminaba cualquier otro tipo de pensamiento. Era como si le estuvieran desgarrando las entrañas de dentro hacia afuera y sabía que se trataba de su bebé, lo que la angustiaba mucho más, pero por más que quería no conseguía reaccionar. Entonces sintió como todo su cuerpo comenzó a vibrar y aún en medio de la inconsciencia en la que sabía que estaba, supo que Gabriel estaba ahí. Era como si todas sus terminaciones nerviosas pudieran reconocerlo y tal vez fue eso lo que le dio la fuerza necesaria para finalmente abrir los ojos. Fue ahí cuándo el verdadero suplicio empezó. —Ahhhhhh! — gritó eso fue lo primero que salió de ella, antes de encontrarse con esa mirada gris plomo viéndola entre aliviado y aterrado. —Nena, oh por la luna, nena, pensé que no despertarías—me dice, pero no puedo concentrarme en sus palabras porque una ola de dolor me hace doblarme sobre mi propio cuerpo. —¡¡No puedo!! Gabriel… la bebé… ¡Por fav
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