— Entonces hagámoslo, prepara a tus hombres, porque los míos ya están en posición para atacar.Justo cuando mi cuerpo parecía relajarse y mi alma comenzaba a volver después de tanto tiempo, observé a Jordan y Mike ocupados al teléfono, dando instrucciones a sus hombres. Sin perder tiempo, me uní a ellos, coordinando los preparativos para la operación.Pronto, una caravana de vehículos comenzó a rodar por las calles de la ciudad, cada uno cargado con hombres determinados y armados hasta los dientes. Era evidente que el momento de rescatar a Alicia había llegado, y los nervios se apoderaban de todo mi ser.Mientras avanzábamos hacia el lugar donde se había rastreado a Michele, sentí la tensión en el aire, palpable y electrificante. Cada uno de nosotros estaba dispuesto a arriesgarlo todo para salvar a Alicia, y el peso de esa responsabilidad se sentía como una losa sobre mis hombros.Al llegar al destino, nuestros hombres se desplegaron rápidamente por todos lados, moviéndose con determ
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