— Gus, amigo. — Lo saludo. — Dime que ya tienes a mi bebe listo.
— Aquí tienes. — Gus me entrega las llaves del auto y puedo sentir el alivio recorrer mi cuerpo. — Oye… Pensaba que tu y Jes se odiaban.
— Es una larga historia de la que pronto sabrás. — respondo. — Pero cambiando de tema ¿Cuándo será la próxima carrera?
— Aun no tengo idea de cuándo será, los policías están rondando mucho la zona, así que estaremos cerrados hasta nueva orden.
— Eso es una m****a.
— Como no tienes ni idea, pero así son las cosas. — Se encoge de hombros. — Debo irme, tengo algunos asuntos que resolver.
— Gracias por el auto.
— No hay de que, solo no dejes que Jes vuelva a ponchar las llantas.
— Lo intentaré.
Gus, es el principal creador de las carreras ilegales en la ciudad, y hasta donde tengo entendido, Jesse lo ayudó a levantar su propio taller de autos, y actualmente es uno de los talleres que más autos de carrera recibe, el y su equipo de trabajo son los mejores en reparar autos, e incluso Jesse llegó a ser parte del equipo, pero tuvo que irse.
…
La noche cayó sobre la gran ciudad, las luces de los edificios y las luces destellantes del time square armonizaban la vibra de la ciudad. Voy de camino hacia una de las discotecas más prestigiosas, a decir verdad, ya necesitaba un poco de música y alcohol, disfrutar de una buena chica bajo de mi disfrutando de una buena cojida.
Al llegar, había una larga fila de personas esperando su turno para entrar, pero era casi que imposible ingresar si no le agradas al guardia o eres miembro. Y para mi fortuna, yo soy miembro en muchos clubes.
Dejó estacionado mi auto, voy hasta la puerta.
— Buenas noches señor Maxwell. — Saluda el guardia, para luego hacerse a un lado y dejarme pasar.
El ambiente del lugar siempre es bueno, la música resonaba en cada rincón del club y tan pronto como las chicas me vieron, quisieron acercarse a mí y poder conseguir una noche de pasión conmigo.
Subo hasta la zona VIP, donde mis amigos ya se encontraban con chicas sobre sus regazos.
— ¡El hombre de la noche! — Travis, mi mejor amigo se acerca. — ¿Por qué tardaste tanto?
— Trafico, pero ya estoy aquí, para la diversión.
Travis no tardó en servirme un trago de Vodka, y todo comenzó a entrar en ambiente. Rápidamente fiche a mi objetivo de la noche, una hermosa y despampanante rubia, con un vestido de color rojo resaltado su jugoso trasero, y ella noto mi mirada, claramente estaba puesta para mi.
Me acerco a ella, y sus amigas se hicieron a un lado para ver toda la escena como si fuera una m*****a película.
— ¿Cómo te llamas hermosa?
— Rose. — Responde.
— Hermoso nombre, para una hermosa mujer.
— ¿Y cómo te llamas tú? — Pregunta ella.
— ¿No sabes realmente quien soy yo?
— No, lo siento, soy nueva por aquí.
— Es bueno escuchar eso. — Mi sonrisa se ensancha. — Mi nombre es Jordan Maxwell y estoy dispuesto a hacer tus sueños realidad.
— Eso suena bien.
— Como no tienes idea. ¿Qué tal si vamos a mi mesa? tus amigas también pueden venir.
— Claro. — Ella les hace un ademan a sus amigas con las manos y nos vamos hacia mi mesa.
Todo el ambiente en el lugar era magnífico, Rose bailaba de forma exquisita, llevó mis manos hacia su trasero, mientras que bailabamos de forma lenta y sensual, definitivamente me voy a llevar a esta chica a la cama.
Sin embargo se escucho un bullicio que equiparaba a la música, miro a todas las personas que se aglomeraron alrededor de alguien.
— ¡Es Jesse Carter bailando sobre una mesa! — Exclamó alguien dentro del tumulto de personas.
De inmediato me detuve de bailar, y la chica me miro mal, la hice a un lado y agradecia en estos momentos ser más altos que la media dentro del club, y pude ver cómo es que mi m*****a prometida bailaba sobre una mesa con un vestido minúsculo de color negro. Las chicas la miraban como un trozo de carne, queriendo darle un mordisco y poder saborear cada centímetro de su piel.
Empuño mis manos y de inmediato me transporto a horas atrás, cuando su preocupación era que Claire se vengará de ella, porque conocía todos sus secretos. Si ahora ella se estaba exponiendo ante muchas personas.
Sin embargo, para fortuna, sus hermanos la bajaron de la mesa, para evitar que siguiera haciendo un espectáculo ante todos.
Me giro para ver a Rose, la cual tenía cara de pocos amigos.
— Disculpame un momento cariño, ya vuelvo.
Sin esperar su respuesta, me escabullo entre todas las personas dentro del club, hasta llegar con los Carter. Tomo a Jesse de brazo y la arrastró afuera del club, donde las calles ya estaban desoladas.
— ¡¿Qué m****a te pasa?! — dijo Jesse notablemente ebria.
— ¿Qué me pasa? — suelto con ironía. — ¿Que hacías bailando sobre una mesa enfrente de todos?
— Porque quiero y puedo.
— ¿En serio esa es tu respuesta?
— ¿Acaso quieres otra? — Se tambalea. — Oye, tú no tienes derecho a mandar sobre mis acciones ¿Ok?
— Si la tengo, te recuerdo que tu y yo nos vamos a casar.
— ¿Ves un anillo aquí? — Ella levanta su mano izquierda y señala el dedo anular. — Porque yo no, así que soy libre.
— No, necesitamos un anillo para eso, tu sabes que ahora eres mi prometida y debes respetarme.
— ¿Cómo lo hiciste tú? — Me quedo mudo.
— ¿De qué hablas?
— ¡Por Dios! — Pellizca el puente de su nariz. — Te recuerdo que estamos en el mismo club, y que te vi bailar con una despampanante rubia, y no solamente eso, la manoseaste. ¿Cómo crees que me verán las mujeres de Nueva York cuando se enteren de que seré tu esposa? ¡Se reirán en mi cara!
— ¿Y qué hay de mi? ¿No crees que me pueda pasar lo mismo?
— ¡No, no te va a suceder lo mismo! ¿Sabes por qué? porque tú serás catalogado como un gran hombre, mientras yo seré una puta cornuda.
Me quedo en silencio unos segundo.
— Vamos te llevaré a casa. — Intentó tomarla de la mano, pero rápidamente me esquivó, hasta estando borracha es más rápida que yo.
— No, yo volveré dentro y disfrutaré de una buena fiesta.
Jesse se da la vuelta y comienza a caminar lejos de mi.
Miro hacia el cielo tratando de encontrar algún tipo de iluminación divina, pero estaba recibiendo información del chico malo.
Colocó los ojos en blanco y corro hasta alcanzarla, la tomo por la cintura y la subo a mi hombro.
— ¡Jordan! — Exclamó. — ¡Bajame maldito imbécil!
— No, ahora mismo iremos a casa, ya estás lo suficientemente borracha como para mantenerte en pie.
— ¡No quiero ir contigo a ningún lado! — Comenzó a golpear mi espalda. — ¡Suéltame maldito loco!
— Callate.
Suelto un azotó en su culo, y Jesse suelta un jadeo de sorpresa.
— ¿Acabas de azotarme el culo?
— Si.
— ¡Con qué derecho! — Golpea fuertemente mi espalda. — Me vuelves a tocar y juro que te romperé la cara.
Vuelvo a soltarle un azote en el culo desafiandola.
—¡Jordan m*****a sea! — me golpea directamente en el centro de mi espalda
— ¡Auch! — me quejo. — ¿De dónde sacas tanta fuerza? ¿Acaso eres Conan el bárbaro?
La bajo justamente cuando estoy frente a mi auto. Abro la puerta del copiloto.
— Entra.
— No. — hace un puchero con sunlanio inferior, para luego cruzarse de brazos.
— No pienso discutir contigo, así que entra.
Cómo puede la subí al auto, bajo gritos y golpes. Abroche su cinturón de seguridad para luego subirme y salir de aquella zona.
El silencio es simplemente ensordecedor, no había música, solo éramos los dos sin decir absolutamente nada.
De reojo pude verla, Jesse sentada a mi lado con sus piernas largas al descubierto, su vestido apenas cubría parte de sus muslos. Muslos que lucían exquisitamente sedosos, mis manos picaban por tocarlos y sentir su piel bajo la palma de mi mano. Subo un poco más mi mirada y tenía los ojos cerrados
¿En qué m****a estoy pensando? Es Jesse Cárter, mi enemiga mortal.
Ella siempre fue así, ¿no? Siempre encontraba la manera de sacarme de quicio con sus ocurrencias y su afición por el karate. Era como si tuviera un radar para detectar mis intentos de acercarme y, ¡zas!, se ponía en modo defensivo, como si estuviera rodeada por una horda de ninjas.
Pero, claro está, yo no me quedaba atrás. Disfrutaba provocarla, ver cómo se defendía con todas sus fuerzas. Era como un juego entre nosotros dos, un constante tira y afloja. Hacerla rabiar se volvía una especie de desafío para mí, aunque en el fondo sabía que era parte de nuestra dinámica.
Pero ahora… será mi esposa… eso es realmente extraño y es casi que inconcebible.
— Puedo sentir tu mirada, será mejor que mires al frente si no quieres perder los ojos.
Suelto un bufido.
Afortunadamente ya nos encontrábamos entrando al conjunto residencial en el que vivíamos.
— Pensé que estabas dormida.
— ¿Y eso te da derecho a verme como un trozo de Prosciutto?
— No me gusta el Prosciutto, prefiero carnes jugosas. — Detengo el auto justo en frente de su casa.
— ¿Crees que estoy fuera de tus gustos?
De imprevisto Jesse se deshace del cinturón de seguridad y se sienta sobre mi regazo, de inmediato sentí como mi miembro cobró vida.
— M****a. — murmuré. — Jesse será mejor que te bajes, porque no seré responsable de lo que pueda llegar a hacer.
— ¿Estás seguro? — se frota suavemente. Coloco mis manos sobre sus caderas, y levantó un poco mis caderas para que sintiera mi miembro.
— Basta Jesse. — Traté de alejarme, pero mi cuerpo no estaba dispuesto a dejarla ir. — estás ebria y no pienso acostarme contigo así.
— No dejaste que buscar a alguien que calmara mis ansias, así que resuelve tu el problema
Jesse hunde su rostro en mi cuello y pude sentir sus labios tibios sobre mi cuello.
Suelto un ligero jadeo y disfruto de aquella sensación.
— Pero es una pena que no lo quieras.
Jesse se baja de encima de regazo para luego salir del auto del lado del piloto. Miro mi entrepierna y mi miembro claramente se dibujaba debajo de mi pantalón.
Se tambalea mientras camina a su casa, así que me bajo y la tomo entre mis brazos para llevarla hasta la puerta.
— Entra ya.
— Claro que eso haré. — Abre la puerta de su casa.
Suspiré aliviado cuando cerró la puerta de la casa, y solo me quedo cruzar la calle para entrar a mi casa.
HORAS ANTES DE LA FIESTA.El timbre de la casa y rápidamente corro a abrirla, sabía perfectamente quién se iba a encontrar del otro lado, y a decir verdad, no quería verla ni en pintura.— Hola. — me abraza y me da un beso en la mejilla. — ¿Puedes creerlo? — entra a la casa como si fuera la suya. — ¿Qué cosa? — Me hago la desentendida. — Lo que te dije por teléfono, Jordan Maxwell está comprometido. — A mi me da igual lo que él haga. — Me encojo de hombros para luego sentarme en la estancia. — ¿Por qué le estás dando importancia? — ¿Acaso no quieres conocer a la futura señora Maxwell? — Me mira confundida. — De seguro debe ser una rubia plástica, con los labios tan inyectados que están a punto de explotar.— Noto un poco de… ¿celos? — ¡Que! ¡No! sabes que odio a Jordan tanto como tu, no soporto verlo. Mi expresión lo dice todo: decepción, dolor, y una pizca de incredulidad. Claire ha sido mi roca durante tanto tiempo, mi confidente, mi apoyo incondicional. Siempre la consideré c
HORAS DESPUÉS. Hay dos cosas que odio del alcohol y es lo siguienteLa resaca del día siguiente. La forma en cómo me deshinibo por completo.Cuando tomo alcohol, mi alter ego sale a relucir por completo, me encanta llamar la atención de todos los hombres, aunque ellos saben que nunca tendrán una oportunidad de estar conmigo. Pero lo que ocurrió ayer sigue tatuado en mi mente, ¿Como mierda puede hacer eso? cuando claramente esta maldita mal. ¡Casí folle en el maldito auto de Jordan Maxwell! eso es mucho peor que bailar sobre una mesa mientras todos me ven.Y pensar en esta situación hace que mi dolor de cabeza se acentúe aún más. Me levanto de la cama y me dirijo al baño, justamente para despejar mi mente y poder iniciar un nuevo día de forma correspondiente. Coloco un poco de música y dejo que todas las penas se vayan por el desagüe, la esencia de vainilla inundó toda el cuarto de baño y consigo todo mi día comenzó oliendo de forma exquisita.Un toalla pequeña envuelve mi cuerpo,
8 meses han pasado exactamente, desde que Alicia no esta conmigo, 8 meses de embarazo que me perdí porque Michele decidio llevarsela lejos de mi, y realmente me siento destrozado y frustrado, porque no hemos llegado a tener ni un rastro de mi hermano menor, es como si la tierra se lo hubiera tragado. Incluso el coronel Winchester está frustrado por esta misión. así que mientras todos discuten que otra estrategia usar, tomó de mi botella de bourbon, le doy un trazo largo, hasta el punto de sentir como mi garganta se va quemando al paso del alcohol. — ¡Lo tengo! — Exclamó uno de los hombres de Winchester. — Sabemos que Apolo está trabajando junto a Michele Morgan y la última vez que vimos a estos dos juntos, fue a las afueras de la ciudad, así que deben estar en un radio de 100 kilómetros. El hombre hace un gran círculo en uno de los mapas de la ciudad.— Ya peinamos toda esa zona, no hay nada allí. — Interviene Jordan. — No necesariamente tiene que ser visible. Todos los hombres e
— Entonces hagámoslo, prepara a tus hombres, porque los míos ya están en posición para atacar.Justo cuando mi cuerpo parecía relajarse y mi alma comenzaba a volver después de tanto tiempo, observé a Jordan y Mike ocupados al teléfono, dando instrucciones a sus hombres. Sin perder tiempo, me uní a ellos, coordinando los preparativos para la operación.Pronto, una caravana de vehículos comenzó a rodar por las calles de la ciudad, cada uno cargado con hombres determinados y armados hasta los dientes. Era evidente que el momento de rescatar a Alicia había llegado, y los nervios se apoderaban de todo mi ser.Mientras avanzábamos hacia el lugar donde se había rastreado a Michele, sentí la tensión en el aire, palpable y electrificante. Cada uno de nosotros estaba dispuesto a arriesgarlo todo para salvar a Alicia, y el peso de esa responsabilidad se sentía como una losa sobre mis hombros.Al llegar al destino, nuestros hombres se desplegaron rápidamente por todos lados, moviéndose con determ
— ¡Jesse ya se nos hace tarde y tus hermano ya se fueron! — Grito Claire desde el primer piso de mi casa. Me miró por última vez en el espejo y asiento con mi cabeza para darle una última aprobación a mi ropa y a mi maquillaje. Las noches de carrera es un momento inolvidable para adolescentes indomables que buscan adrenalina pura, pero he de admitir que deje de asistir a estos eventos cuando cumplí 18 años y me fui a estudiar a París.Y ahora 7 años después siento la misma emoción que cuando tenía 15 años. Bajo al primer piso donde mi mejor amiga de toda la vida me estaba esperando muy impaciente, porque se moría por ver al amor de su vida. — Ya estoy aquí. — Le hago saber para que levante la mirada de su teléfono. — Vamos. Salimos de casa y nos embarcamos en mi precioso auto Nissan Silvia S15 parecido al que utilizan en rápidos y furiosos reto tokio— No entiendo porque te demoraste tanto, si ya estabas lista. — Claire se subo del lado del copiloto-— Sabes que soy un poco quisqu
— No van a creer a quien me encontré. — Digo cuando llego al lado de mis hermanos.— ¿Maxwell? — Dijeron al mismo tiempo. — Si, el muy descarado cree que puede ganarme en una carrera. — ¿Te reto? — Pregunta un conmocionado Gregory. — Si lo parafraseo… me dijo que no, pero conociéndolo de seguro me estaba provocando. — ¿Y qué le dijiste? — Preguntó Josh. — Chicos, no pienso entrar a una carrera. — Miro a mi alrededor en búsqueda de Claire, pero no estaba en ningún lugar. — ¿Dónde está Claire? — No lo sabemos, solo se fue a algún lugar sin decir nada.— Menuda amiga que tengo. — Bufo. — ¡Señoras y señores le vamos a dar inicio a la primera carrera de la noche, los corredores que participan deben estar en la línea de salida! — La voz de Gus se escuchó a través de unos altavoces. — Veamos en qué ha cambiado todo esto. — Le digo a mis hermanos. Nos acomodamos en un lugar estratégico para disfrutar al máximo de la adrenalina que se avecinaba en la pista. Los motores de los autos re
Me levanto asustada, cuando la puerta de mi habitación se abre de golpe. Miro con enojo a quien se encontraba de pie en la entrada de mi habitación. — Dice papá que levantes tu culo de la cama, que te bañes y te coloques un lindo vestido elegante. — Dice Josh. — ¿Y tenías que abrir la puerta de esa forma? — Pero su única respuesta fue encogerse de hombros. — ¿A dónde iremos? — No lo sé, pero decir que es algo importante, así que no demores. Josh cierra la puerta dejándome sola en la habitación. Me libero de las cobijas y me dirijo hacia el baño. El agua tibia cae sobre mi piel, reconfortante y revitalizante a la vez. Me sumerjo en el flujo constante, permitiendo que cada gota disipe la tensión acumulada, como si lavara también las preocupaciones que se han aferrado a mí.Una vez fuera de la ducha, me encamino hacia mi guardarropa. La ocasión exige algo especial, así que selecciono uno de mis mejores vestidos, aquel que me hace sentir segura y empoderada. Paso tiempo planchando mi
Un solo sentimiento es lo que me invade cada vez que veo a Jesse Carter desagrado, en serio. Es chica siempre tiene que ser el centro de atención donde quiera que vaya, y si, no negaré que siempre ha sido buena en cosas y detalles netamente masculinos, la he visto derribar a su hermano Gregory de 1.90 metros y por lo menos debe pesar unos 90 kilos de puro músculo.Y aun no entiendo de donde saca tanta fuerza esa mujer.La he visto armar y desarmar motores como si fuera un simple rompecabezas. Jesse es una mujer que no necesita a un hombre para defenderse, porque ella es independiente. Y eso me causa repulsión, para mi vida yo quiero a una mujer que me busque porque me necesita para abrir la maldita tapa de la jalea, que me necesite para alcanzar el más alto en los estantes, necesito a una mujer de verdad. No a una marimacho. Pero ahora estoy aquí, viendo una variedad de anillos de compromiso junto a mi madre para poder entregárselo, en nuestra fiesta de “Compromiso” — Debes escoger u