-Botiquin. - Dijo con su agitada respiración.-Detrás del espejo. - Murmuré sin despegar mis ojos de él.Él salió lentamente de la regadera y por un segundo el chorro de agua me hizo cerrar los ojos. Cuando los volví a abrir, la apertura de la regadera me permitió ver su cuerpo completo frente al espejo.Chillé.-¡Mierda, Esteban! Estiré mi mano para cerrar la perilla del agua y tomé la unica toalla disponible para salir a toda prisa.Él se encontraba ya tratando de poner antiséptico a una muy fea herida en su pierna. El resto de su cuerpo parecía haber sido utilizado como mordedera.-Tranquila, solo mi herida en la pierna es profunda. - Dijo con un siseo. - Las demás se curarán en un par de horas por sí solas.-Dame eso. - Dije quitándole el trozo de algodón que estaba usando. También le quité de sus manos el frasco y directamente lo vertí en su herida. Gruñó, pero a la mierda, esto no se curaría con unos suaves toques. - Necesitas ver a un doctor, creo que unos puntos estarían...M
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