Quise insistir, que me dijeran que sabían. Pero esa vez decidí callarme, no decir más nada, no pedir nada. Sabía que si tenía que saber algo lo sabría tarde o temprano, de alguna forma me enteraría, si no era por ellos, lo averiguaría yo sola. Eso me lo aseguraba.Pasamos las horas entre bromas y malos chistes de Josh. Y aunque me encontraba concentrada en lo que ellos decían una parte de mí también estaba atenta a la mesa en donde hace un rato había estado sentado el pelinegro.Era estúpido, ni siquiera lo había visto de frente, solo alcance a ver su cabello y espalda. Sin embargo sentía que de algún lado lo conocía, era una especie de corazonada. Como cuando reconoces a una persona de espaldas. Exactamente eso sentía, sin embargo no lo conocía. O eso creía Decidí que por mi salud mental – ya que comenzaba a dolerme nuevamente la cabeza – dejaría de estar tan pendiente de esa mesa, el chico ya se había ido y no volvería. Lili no paraba de hablar de cosas que no entendía del todo, J
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