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Todos los capítulos de Dos alfas enormes para la omega: Capítulo 11 - Capítulo 20
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11. Es nuestra
11. AlaricSolo pude abrazarla, tratar de solucionar las cosas para ella, se lo merece.—No quiero que te pongas así, mi beta puede suplirme en algunas cosas, solo unos carroñeros vampiros jodiendo por las fronteras, pero son cosas normales —traté de calmarla lo mejor que pude.Siguió llorando por mucho tiempo angustiada por tener que elegir.¡Ese maldito de Mason!—Debo elegir, Alaric —dijo entre hipidos— la manada no aceptará que esté unos meses en un garra plateada y otros meses en otra manada.—Buscaremos una solución —dije despacio.Si era de elegir, me encantaría que me eligiera, pero podía sentir que eso le dolía mucho.Pocos minutos después llegó Mason con cara de angustia, me quitó de las manos a Adara y la abrazó él ahora. Habían tenido relaciones, sus sentidos estaban más sincronizados que antes.No me molestaba ese hecho, por algún motivo no me espantaba que tuviera que compartirla, tal vez ese hecho se deba a que Mason es mi mejor amigos por más que yo le llevara
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12. Lobos enredados
12. Narrador OmnipresenteAdara sentía el cuerpo pesado, sin embargo, se sentía cómoda donde estaba acostada, se acomodó tirando la mano a un lado y sintió un abundante pelaje y calientito, se arrimó más al calor sintiéndose protegida y cálida. Estiró más las piernas y allí había más calor, se sentía en un nido de calor indescriptible, tenía miedo de abrir los ojos y despertar sola en su fría cama.—Pequeña, abre los ojos —escuchó la voz de uno de sus mates.Aun para ella era increíble que tuviera dos mates, dos alfas, dos hombres lobos obstinados que la querían.¿A cuál debe elegir?«Despierta, estamos seguras» le dijo su loba Aroa.La loba de Adara estaba más que contenta al notar a sus mates cuidándolas y quería que Adara los viera.«No quiero ver la cruda realidad» respondió Adara temerosa.«Te sorprenderás» le contesta la loba, siempre sabia con los consejos que le daba.Adara se decidió, gracias a su loba a abrir los ojos y ahora no solo notar sino también ver dos lobos
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13. La Luna
13- AdaraCreo que las cosas marchaban bien entre mis mates y yo y lo sentí cuando los besé a ambos sin reticencias de su parte y eso me hacía muy feliz.—No sabía que las lobas también podían ser zorras —escuché una voz de entre los árboles y me detuve de golpe.Mis ojos azules se activaron y el pelo de mi loba se levantó.«A mí tampoco me gusta esto» me dijo Aroa.Mis posibilidades eran pocas ahora que escuchaba varios latidos y sentía mi vida peligrar.—¿Quién está allí? —pregunté.Activé mi visión para tener un enfoque más claro de todo el bosque, convencí a los chicos que estaría bien, ahora puedo creer que los necesite.«Somos fuertes, no los necesitas» me dijo Aroa en contestación a mis pensamientos turbios.«Mejor vámonos a casa, tarde mucho en salir de la casa grande» le propuse a Aroa.Mi madre no me tenía permitido cambiar delante de otro lobos desde hace unos años. Cuando llegó Aroa tenía dieciocho años y ella fue mi regalo, mi madre siempre decía que era mejor hacerlo en
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14. Se me adelantó
14 AdaraSería una tonta decirle que no a la Luna de la manada, además también tengo la misma curiosidad que ella de saber porque la Diosa Selene me concedió tal regalo o maldición, aun no sé cómo verlo.—Sí, Luna le doy el permiso que necesite para descubrir porque nos sucede esto —le concedí haciendo una reverencia.Aun me parecía increíble que la Luna viniera en persona a pedirme permiso, ella tiene permiso para hacer lo que sea.—Gracias, Adara eres una buena muchacha. Ya encontraremos la manera de que puedas estar con tus compañeros destinados sin que nadie sufra —sus palabras parecían muy sinceras y eso me puso sensible.Quise llorar y parpadeé para controlarme en frente de mi Luna.—Gracias, Luna Eva —le contesté con otra reverencia.—Déjate ya de reverencias, puedes llamarme Eva cuando estemos a solas para quitarnos este protocolo que me persigue desde que me convertí en Luna —se ríe de su propio chiste y yo con ella. —De todas maneras, gracias por querer ayudarnos —repetí mi
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15. La comida
15. Adara—¿Qué? ¿Por qué? —cuestioné lo que me habían dicho. Tal vez no había oído bien.Todos me veían raro ahora, podía sentir todas las miradas encima de mí, como si hubiera hecho algo malo o como si no mereciera servir a la realeza, ellos veían a los alfas como los máximos regentes de nuestra manada y así era, pero no por eso nosotros éramos menos o más. Son el resto de la manda ellos no serian quienes son.—Niña, deja de preguntar necedades, cumplo órdenes y tú también —me deja claro— ahora, vamos ¡Manos a la obra!—Claro que sí, Beta —bajé la mirada al suelo como demanda mi rango.Enseguida me puse a ello, cociné lo necesario para ellos pensando en todo lo que había aprendido de mi madre y el chef e hice mi propia receta a mi manera esperando que les gustaran mis recetas.La dieta de los lobos y sobre todo de los alfas estaba basada en la carne, así que hice mi mejor esfuerzo para que les gustara.—Apúrate, Adara los señores no tienen todo el día —me suelta Lissette ent
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16. Como si nada
16 Alaric—Alfa, tenemos un problema —llega mi beta en la sala donde estoy con Eva, la madre de Mason— podemos hablar en privado.—Bueno, caballeros, yo los dejo —dijo la Luna levantándose de su lugar.—Gracias, Eva —en cuanto la dulce loba atravesó el lugar y se perdió por uno de sus muchos pasillos me giré para ver a mi segundo al mando— ¿Qué sucede? —mi corazón se acelera al pensar en que algo le puso pasar a mí compañera verdadera.—Recibimos una misiva de nuestra manada, están preocupados —Jason Benson, mi Beta me responde.—Cuéntame todo —lo invité a sentarse frente a mí.—Varios lobos patrullando captaron el olor de sola lupi —me dijo el nombre que usábamos a los lobos solitarios.Eran lobos que decidían dejar sus manadas o ser desterrados, se vuelven más huraños e irracionales así que había una sola cosa que quisieran en mi manada y no los iba a dejar que jodieran a mi gente.Debía irme.***No puedo creer que tuve que dejar a mi compañera sola… y con el idiota de Mason nada m
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17. Una caja
17. Adara«Odio la presión que causa toda esta situación» le dije a mi loba mientras salía de la casa grande.«Pensé que el alfa reaccionaria diferente» contesta mi loba incrédula.—Debo irme a casa a prepararme, esta noche es luna llena y mi madre debe encerrarme —hable en voz alta y Aroa gimió.«Odio esto, Adara» me responde dolida.—Yo también lo odio, Aroa, yo también —dije resignada.«No dejes que nos haga esto, ya no quiero» me suplicó.—Yo tampoco lo quiero —dije en acuerdo.—¿Qué es lo que no quieres? —preguntan detrás de mí.Era el chico rubio que me había atajado en las escaleras cuando salía del cuarto de Mason.—Nada, hablaba con mi loba —respondí algo evasiva.—No temas, no pienso hacerle daño a la mate de mi futuro alfa.—¿Mate? ¡Lo sabes! —salió de forma acusativa.Y culpaba a Mason por eso.«Le pedimos que no dijera nada» gruñó mi loba molesta por la osadía de nuestro compañero.—Soy su futuro Beta, debería saberlo ¿No? —se encogió de hombros— además no l
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18. Cadenas
Adara—Llegas temprano —me dice mi madre cuando dejó las llaves detrás de la puerta.—Mientras antes venga, antes terminará esto —contesté con voz apagada.—Sabes que lo hago por tu bien, bebe agua y vamos abajo.Mi columna vertebral tembló de miedo, pero acate la orden. Hace mucho tiempo aprendí que no se puede ir en contra de la corriente.—Ya, madre —dije luego de beberme dos vasos grandes de agua.—Vamos, vamos, hay que bajar y lo sabes —me insta a ir abajo. Al sótano.Odio el sótano, desarrollé miedo a la oscuridad gracias a ese sótano y todo empezó hace unos años cuando mi madre me pidió que ya no me convirtiera, que era muy peligroso si alguien nos veía.Y le creí.Es mi madre ¿Por qué me mentiría?Mi primera transformación no fue como la de otros lobos, en el día de nuestro cumpleaños nuestro lobo se da. En nuestra manada nos convertimos en lobos en nuestra mayoría de edad bajo el manto de la noche, conmigo no sucedió así.—Pon las manos en alto —demanda mi madre con voz seren
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19. Débil
AdaraUn gruñido se escuchó en mi cabeza fuerte y claro que me aturdió, sacudiendo mi cuerpo entero.«Adara, ¿Dónde estás?» era Malaquías quien me conectaba mentalmente, se escuchaba desesperado y enfurecido a partes iguales.«Ayúdame» dijo en un murmullo.«Ya voy por ti, compañera» y cerró el enlacé, que en un principio no sé cómo logro, el veneno debilitaba todo en mí, sería imposible que pudiera comunicarse conmigo.La única explicación es que me estaba imaginando todo.Escuché mucho ruido arriba y eso hizo que intentara abrir los ojos, pero los volví a cerrar sintiéndome drenada de mi fuerza; pensé que mi madre había regresado, pero me equivoqué.Un estruendo espantoso, acompañado de muchos gruñidos me despertó del todo, un lobo negro grande y fuerte de ojos rojos acompañado de otros dos lobos, uno marrón más pequeño y uno con manchas negras y marrón, de patas blancas a su lado.El lobo negro fue el primero en convertirse en humano, aunque ya sabía quién era.Mason.Me miró con un
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20. Examinando
20 Mason Sentirla sufriendo fue lo peor que me pudo pasar, comencé a sudar y sentir dolor en mis manos, quería matar a quien osaba ponerle las manos encima a mi compañera, pero jamás pensé que fuera su madre la culpable de este suceso. —Doctor —llamé en cuanto me la quitaron del lomo y pude convertirme en humano una vez la vi a salvo en mi recámara. —Alfa —bajó su cabeza en respeto—, necesito espacio, déjenos hacer nuestro trabajo, sino no podrá quedarse en la habitación. Nadie me sacaría de aquí. —Quiero ver que intente sacarme de aquí, solo haga algo —le dije acompañándolo de un gruñido. Me fui a vestir una vez estuve en mi habitación Adara no muy lejos de mí. Una de las muchas veces que el doctor vino a esta casa siempre fue por mí, de cachorro era un niño inquieto y curioso y siempre me metía en problemas, pero verla en ese estado y otro hombre tocándola no era para nada placentero. Gruñía cada tanto y las enfermeras se veían aterrorizadas trabajando lo más rápido posible,
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