Henry.Sé que Hannah no me cree, pero es la verdad, no pude acostarme con mi esposa ya que, ansiaba volver a estar con mi princesa, tenerla entre mis brazos fue algo increíble, acerqué mis labios a los de ella y empecé a besarla con desesperación, ella pasa sus brazos alrededor de mi cuello, dejando escapar pequeños gemidos de placer. No soy idiota, sospecho que ella se acostó con su hermanastro por celos, la conozco, se de lo que es capaz cuando hace berrinche y no la culpo, ya que es verdad que tenía toda la intención de estar con mi esposa.Siento como las cosas empiezan a subir de tono, mis manos recorren su cuerpo con ansias, nuestras lenguas se encuentran y empiezan a jugar entre ellas, Hannah trata de ahogar sus gemidos, pero le es imposible. Antes de que las cosas se salgan de control, me separo de ella y camino hacia la entrada de su cuarto, antes de irme, volteo a verla, noto que tiene las mejillas completamente rojas, se ve tan tierna y encantadora.—No vuelvas a acostarte
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