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Todos los capítulos de Esquivando el amor: Capítulo 51 - Capítulo 60
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Decidido a dejarla en el pasado
Pablo Hanna se va y me deja solo con su prima, siempre he pensado que eres una oportunista y utiliza cualquier momento para satisfacer su maldad. La jalo del brazo llevándola al cuarto de lavado. —¿Qué es lo qué pretendes? Dime ¿Qué es lo que tanto buscas haciendo esto? —La jaloneó una y otra vez.—Basta Pablo, recuerda que estoy embarazada. —La suelto y doy media vuelta para golpear la pared con mi puño. —Vuelvo y te repito¿Qué quieres? porque es bastante agotador ver a una mujer como tu entrometida en mi vida. —Ella se ríe. —No comprendo de qué hablas, deberías ser más claro. Pablo tú eres un adulto, un hombre hecho y derecho, decidiste hacer lo que hiciste conmigo no veo porque ahora vienes a arrepentirte y hacerte la víctima. No te obligue, estabas muy consciente así que deja tanta pendejada que acá si hay una víctima soy yo, tu no quieres asumir tu obligación y bien sabes que eso está mal y eso que estoy llevando las cosas a las buenas. —Rodé los ojos. —Mira sabes a la perfe
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Está perdido
Hanna Ver como Pablo se marcha, sin dudas es que sienta un nudo en la garganta. «pudiste detenerlo y no lo hiciste, fuiste claro desde el principio diciendo que no ibas a estar con él luego de eso» me regañó mentalmente. Lo mejor es entrar a la casa, seguir con esto. Estoy segura que a Pablo se le pasará y volverá.—Lo que hiciste fue lo mejor, debiste dejar claro que contigo no se puede jugar —Juan habla llamando mi atención. —Quiero dejarte algo claro, no quiero tener nada contigo, ni con nadie ahora. Créeme que ya tuve suficiente con Pablo. —Él toma mi mano. —Hanna, no te estoy pidiendo que hagas algo que no quieras. Tan solo piensa que él no te va a dejar en paz, a menos de que demuestres que ya quedó en el pasado y pasaste la página con otra persona, que él no significó nada para ti. —Eso no es así, tengo porque demostrar nada. Ya le dejé las cosas claras. —No me lo tomes a mal, solo quiero ayudarte y que veas que no estás sola en todo esto. Sin contar qué no todos los homb
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Buscando problemas
Hanna Miré a mi hermano, mis ojos se pusieron cristalinos. Quería saber más, necesito que él esté bien, si algo malo le llega a pasar me muero. —La verdad creo que debe estar con una de sus tantas amigas. Se la pasaba en la oficina de un lado para otro con ella, no veo porque tanto alboroto —Juan habla ganándose una mala mirada por parte de todos. —No lo creo, Pablo no es irresponsable, puede ser lo que sea pero no es irresponsable. —Jeyson habla enojado—. Juan deberías salir de acá, esto es algo que nos compete a la familia, y tu no eres parte de ella. Fui y lo busqué, él es mi mejor amigo, él me informa en donde esta cuando sale. —Ya basta muchachos, entre más ayuda tengamos es mejor, mi hijo no puede estar desaparecido. Él tiene que estar bien. De pronto sea por algún caso —él agacha la mirada. —Domingo, no me lo tomes mal. Yo te dije desde el principio que él no era la mejor opción, que se deja llevar por los sentimientos, no piensa de forma razonable, entonces por eso esto
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Junto a él
Hanna Abrí mis ojos y estaba en un carro en movimiento, muevo mis manos ya que siento que las tengo acalambradas. Me di cuenta que no puedo soltar mis manos, «Bien, Hanna. ¿En qué te has metido ahora?» tomé aire y moví mi cabeza a ver si veía algo, más solo veía que estaba en la parte de atrás de una camioneta, al frente se ven dos hombres grandes, supongo que fueron los del apartamento. No sé si verle el lado positivo a esto, es decir, posiblemente me encuentre con Pablo y podamos salir de esto juntos o tal vez, solo sea mi fin y de paso el de él… —¿Para dónde me llevan? —dije, con mi tono de voz elevado. El hombre que iba en la silla del copiloto, el más moreno, se ríe y me mira. —Ya se despertó la dama, ¿Va cómoda? —Los dos se ríen mientras me miran de forma asquerosa—. Yo creo que si va cómoda, bueno y en caso de que no sea así, le recomendamos que se acomode porque el camino es largo y aún falta bastante camino por transitar. Ellos dejan de hablar, al menos conmigo y se disp
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Mis planes
Juan Miro la foto de Pablo y la rayó, poco a poco quiero acabar con él. Miro todo lo que está sucediendo a mi alrededor, Domingo buscando como loco a su hijo, como si eso fuera primordial. Eso es algo patético, solo espero que nunca aparezca y se muera por allá, así todo vuelve a su curso natural. Él no tuvo que haber regresado, tenía que haberse quedado por allá donde estaba. Mi propósito de vida era quedarme con las propiedades de los Saénz, así como hace muchos años ellos se quedaron con las de mi familia. No voy a descansar hasta lograr mi objetivo. Miro hacia la puerta, está Jeyson. Creo que al menos puedo divertirme con esa chica Hanna, no me gusta como para algo serio, es muy niña para mi, pero no puedo perder la oportunidad de tener una buena revolcada con ella, esa oportunidad no se me va a presentar tan seguido, es una forma en la que puedo hacer que Pablo pierda la cabeza; solo espero que ella se enamore tanto de mí que pueda ponerla cada vez más a mi favor, y sobre todo
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Todo en marcha
Juan Cuelgo la llamada, mientras que espero la dichosa foto. Necesito saber quién fue el que se metió en esto. Camino a lo largo de una piscina mientras suelto el nudo de mi corbata. Vuelvo a la ventana, la abro y enciendo un cigarro. Se siente realmente bien, poco a poco todo esto va a ser mío y todos lo saben se pueden ir a la mierda con sus cosas, supongo que ahora sí mi papá se siente orgulloso porque por fin voy a conseguir lo que me pertenece. Miro mi teléfono y ahí está el mensaje, abro la imagen y no puedo creer lo que veo, es Hanna. Está estúpida metió sus narices donde no debía, porque sencillamente tenía que haber ido a buscarlo. Ahora me va a tocar también hacerla sufrir, y esa cintura es una forma para que también sufra él. Abrí el servicio de mensajería, allí envió una nota de voz donde les indicó que la hagan sufrir delante de él. Así sé que Pablo preferirá morir con tal de que su gran amor se salve. Tal vez solo la dejé un par de días allá, de pronto por eso puedo
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Un revoltijo de emociones por él
HannaEstire mi cuerpo y terminé de abrir mis ojos poco a poco, no sé en qué momento me quedé dormida. Cuando miré a mi alrededor me di cuenta que eso no había sido una pesadilla, esto no fue un mal sueño. Miro a mi lado y Pablo aún permanece dormido, la ventaja es que como tengo mis pies sueltos puedo hacerme a su lado. Observó como tenía su rostro inflamado y algunos moretones por todo lado.—Sé que me estás mirando Hanna —él habla aún con los ojos cerrados.—Pensé que seguías dormido —dije algo tímida—. ¿Cómo te sientes? ¿Te duele mucho? —gira su cabeza y me mira. —En realidad no dormí, ¿Cómo pretendes que durmiera si tú estás acá? Alguien te hubiera podido hacer algo y no me lo hubiese perdonado. —Su rostro ahora está muy cerca del mío, sus ojos no dejan de observar ni boca. —Tampoco es que así como estas hicieras mucho —me río. —Extrañaba tu sonrisa, poder ver como tus ojos se iluminan cuando ríes y también como se forman hoyuelos en tus mejillas. —¿Por qué haces esto Pablo
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Miedo
HannaMe bajo de encima de Pablo, muerta de miedo. Ese sujeto me mira con desprecio y depravación. —A ella no le hagan nada, mire podemos hacer algo, un trato con tal de que ella salga de aquí. Miren si me lo permiten, me contactaré con un abogado muy bueno para que busqué la forma de sacar a su jefe de la cárcel, esa será una garantía y así ella puede irse hoy mismo —Pablo habla rápido, lo miró espantada. Claro que quiero salir de aquí, pero lo quiero hacer con él, no sola. —Mira, ya nosotros estamos buscando la forma de hacerlo. Esto solo es un castigo por hacer mal su trabajo. Por ser tan ineficiente, en cuanto a la chica yo no tengo afán en que se vaya, ¿Tú sí? —le pregunta a su acompañante y él niega—. Ya ves, nosotros queremos que ella esté aquí y sea nuestro pasatiempo. —Abrí mis ojos, me abofeteó mentalmente por dejarme llevar por mis impulsos e ir a buscar en ese apartamento. —Ni se les ocurra hacerle algo, porque me aseguro de acabar con cada uno de ustedes —Pablo les dic
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Buscando la forma de escapar
Hanna Mi mente está tratando de procesar lo que él acaba de decir, claramente puede ser porque estamos en una situación de peligro. Una situación donde no tenemos claro que va a pasar. Quizá por eso él se siente en la obligación de pedir eso… No lo sé, mi cabeza me da vueltas, quisiera creerle, pero sé que en el fondo la desconfianza prevalece. —Creo que el encierro te está haciendo que te pongas a delirar —dije y él soltó una risa.—¿Eso es lo que crees? no piensas que tienes todas las cualidades para que un hombre te pida eso, Hanna eso es algo que debería pasar más seguido. Afortunadamente soy yo quien lo está pidiendo —dice entre risas. —No Pablo, no me estás comprendiendo. Creo que no estamos en el momento de casarnos, así salgamos de aquí mañana u hoy mismo, tu estás esperando un hijo con mi prima y eso tiene un gran peso. —Lo sé, yo no voy a abandonar a ese bebé, sin embargo, tampoco quiero perderte Hanna, no quiero perder esto tan lindo que descubrí por ti. —Ya a estas a
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Por fin
Hanna Vi como aquel hombre cayó al suelo, mi corazón palpitó con gran intensidad. Cerré la puerta para luego buscar en sus bolsillos. Su cabeza se llenó de sangre, solo espero no haberlo asesinado, o si no saldré de estar encerrada aquí para estar encerrada en otro lado. —Pablo… Tengo miedo. —Mi voz salió temblorosa. No pensé en la fuerza con que le pegué. —Tranquila mi amor, aquí estoy contigo. Busca en sus bolsillos una llave o algo para las esposas que tengo, luego yo te suelto —él me habla con tanta tranquilidad, me hace sentir mejor. Metí las manos en sus bolsillos, encontrando demasiadas cosas aterradoras para mi gusto. Encontré un manojo de llaves, junto con una navaja, la acomodé en mi bolsillo podía ser útil y fui a ensayar las llaves una por una con él, el temor porque aquel sujeto se despertara, porque alguien ingresará. Las llaves se movían en mis manos como si tuviera Parkinson. —Calmate Hanna… Yo estoy aquí, mírame mi amor. —Estoy demasiado nerviosa, mi pecho sube
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