***Parte que faltaba del capítulo anterior*** —¡Cárguenlo, rápido! —escuchó que decía una voz que Eve desconocía. Alguien le quitó el peso de su marido de encima y descubrió que era Billy. El vaquero agarró a Rob, su esposo tenía los ojos cerrados y parecía estar inconsciente. No quería pensar en que no estuviera con vida. Él la había cubierto todo el tiempo, su ropa estaba desgarrada y en su espalda había mucha sangre. Billy no parecía mejor, pero al menos estaba consciente. Adeline cojeó hacia ella y, a pesar de estar herida al igual que el vaquero, se esforzó por ayudarla a levantarse. Era la primera vez que la veía tan seria. —Si soy un espíritu, no me lo digas, Eve. Quiero regresar para ver a mi marido y a mi hija —susurró, pero ella era incapaz de decir nada—. Me hizo falta morirme para darme cuenta de que no deseo estar casada con nadie más que con él. Pudo sacarla de dudas, pero en ese momento hasta ella sentía que podía estar muerta. Eve se cubrió la boca para evitar un
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