Con paños húmedos del compartimiento del auto, nos limpiamos al no tener baño donde podamos asearnos. Es cuando me alejo de él, que el reducido espacio del auto, hace que nos golpeemos y nos burlemos por los pequeños golpes.También, nos burlamos de nuestra ropa. Al parecer, en las ansias de ser uno solo, no medimos cuan sucia y arrugada quedaría nuestra ropa. Por ende, nos veíamos terribles.— No sé en dónde está mi asistente con ropa impecable al igual que su peinado. — se burla Danell.— No estas atrás, no veo tu ropa impecable y seriedad al trabajar.— Es que este trabajo si me gusta, por lo que, no puedo mantenerme serio, ni mucho menos con ropa pulcra y perfecta. Sobre todo, cuando mi trabajo es mejor sin ropa. Aunque no me quejo ahora de que nada más acomodaste mi ropa para sacar lo que te interesaba sentir. Puedo decir que…— Bien, hace hambre, mejor vamos a vestirnos para comer. — digo sabiendo que lo que va a decir, me va a sonrojar completamente.— Me al
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