106. SALVADAS
La nana y María Isabel se miran entre ellas, sin saber qué pensar. Mientras el desconocido conduce a una gran velocidad, pasando peligrosamente de un lado de la carretera a otro, esquivando los autos que vienen de frente, es un gran conductor. Pero, pueden ver cada vez que giran sus cabezas, que Román casi los alcanza, los otros dos autos se colocan al lado del de ellos y los chocan. De pronto el desconocido sacó un arma, abrió la ventanilla y disparó. El auto de los perseguidores disminuyeron la velocidad, pero sigueron detrás de ellos. María Isabel y Pía, se miraron asustadas al ver el arma y sentir los disparos. Piero, volvió a llorar aterrado.—Disculpa bebé, no llores, ya pasó. No llores bebé— sigue hablándole el desonocido al niño, que de a poco se calma. El chofer se queda en silencio, como si pensara que hacer, solo las mira por el retrovisor a intervalos.—¡Sujétense que voy a frenar y girar!— Les dice. Frena de golpe, al tiempo que maniobra para hacer que el auto gire
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