Julieta contempló la posibilidad de salir, pero temía ser descubierta nuevamente por Leandro.—Te lo repito. Me lo puedes decir por teléfono.—Julieta, estás enojada conmigo, ¿verdad?Inmediatamente después, Julieta oyó el sonido nítido de una taza rompiéndose. Luego, Jorge habló:—Julieta, si no vienes, me cortaré las venas para mostrar mi sinceridad—¡Espera, no hagas tonterías!—Julieta, te espero en el Club Imperial.Después de aquellas palabras, Jorge colgó. Cuando ella lo volvió a llamar, nadie respondió. Frunció el ceño, sintiéndose muy ansiosa por él. Aunque confiaba poco en Jorge, después de todo, era una vida humana, que se podía perder. Además, él era un amigo de infancia; crecieron juntos y no podía simplemente dejarlo morir.En esta situación tan urgente, no le quedaba más opción que cambiarse de ropa y dirigirse al Club Imperial. Sin embargo, Julieta estaba muy renuente en ir allí, ya que la última vez fue drogada y apenas evitó un gran peligro.Y hoy, al recordarlo,
Leer más