Estaba como si me hubieran dado un golpe en la cabeza, no podía creerlo y mucho menos dudarlo, porque su madre no me mentiría, sé que no le agrade, pero dudo que se haya inventado todo, ante mis ojos Kaleth era culpable, me había estado llamando, apague mi móvil, él no tenía la línea fija de mi casa, tampoco se atrevería a ir aun cuando ya supiera exactamente dónde vivía, o eso creí.Había llegado el fin de semana y estaba donde mi madre, a la espera que llegará el invitado con el cual mi madre pretendía que saliera, escucho que alguien saluda, al voltear, veo un atractivo hombre, alto, barbado y cabello rubio, saludó a todos, y se acercó cortésmente a saludar a mi madre.Ella nos presentó y estaba sorprendida, sí que era físicamente atractivo, mi madre con sus dobles intenciones me pidió que le mostrará el lugar, no me negué, su compañía era bastante agradable, diferente a las citas que mi madre solía concretar, en su afán de escoger un buen esposo para mí, según ella, caminábamos por
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