¿Estas terminando conmigo?—pregunté —Tras su respuesta afirmativa, me acerqué él se estaba poniendo los zapatos, me le arrodille al frente, levanté su rostro, lo miré y le di un beso, él me apartó y me pidió que me detuviera, pero me acerque más y continúe besándolo, besé su cuello y le susurre al oído que lo amaba, el se deja llevar por mis besos, nos pusimos de pies y le quité la camisa, el besó mi cuello y retiró mi ropa, estábamos haciendo el amor en la posición flor de loto. —Ya no sigas jugando conmigo, no quiero seguir siendo tu juguete sexual, yo te amo, pero no estoy dispuesto a seguir permitiendo que juegues conmigo, Mariam tú no me amas y odio saber que solo soy diversión para ti, desearía resistirme, desearía que tus besos no me hicieran falta. —explicó abrumado. —No digas que eres un juego para mí, porque tú sabes que no es así, Kaleth también te amo, pero comprende mi situación, no eres solo sexo, eres todo lo que quiero, estaba confundida, no por lo que siento por ti,
—¿Por qué actúas así? —preguntó con decepción —Hace unos minutos fuiste tú quien me pidió que no termináramos y ahora eres tú quien me dejas, basta de actuar como si solo tú importaras, estoy cansado de todo esto, llevamos 7 meses saliendo y no hay un solo mes en que no terminemos, siempre Mariam tengo que estar detrás de ti, no es justo. —musito hastiado. —Así que dejaré de insistir, puedes irte y definitivamente te prometo que no te buscaré más. —afirmóEscucharlo hablar así me dolía, sobre todo porque sabía que estaba hablando en serio, me subí al taxi y fui a casa. —Habían pasado dos semanas en las que no había hablado con nadie del asunto, ni siquiera con Martha, de mis amigas era con quién más me entendía.Él no me había llamado y por supuesto yo no lo haría, había estado entre la rutina, ver a mi familia, en una comida, una tarde en casa de mi madre, me di cuenta de que si controlaban demasiado mi vida, lo supe cuando me pidió sentarme correctamente, ya tenía 32 años, como era
—Por supuesto, pero deja de decir esas cosas, me pones nerviosa, me haces sonrojar. Es un lugar increíble y tenías razón, hay muchas personas aquí. —espeté ruborizada.—Te ves realmente hermosa con el cabello de esa manera Mariam, envidio a ese hombre que dices amar, se ha llevado una hermosa e incomparable joya, por cierto nunca me dijiste quien es ese afortunado hombre, quisiera saber cómo es que logró conquistar a una diosa como tú. —inquirió Juan—Buenas noches, ¿me permite continuar el baile con su hermosa acompañante? —preguntó Kaleth.—Por supuesto, Mariam volveré más tarde, ahora debo saludar a algunos invitados, te repito, estás deslumbrante. Con permiso. —Respondió Juan soltando mi mano.—¿Qué haces aquí Kaleth? —pregunté indiferente.—Ese hombre tiene razón, estás muy hermosa, irreconocible, Mariam te ves muy bella con el cabello de esa manera, y ese vestido que marca perfectamente tu silueta.—confirmó mirándome —¿Él es tu nueva pareja, decidiste salir con él?—preguntó—No,
Nos habíamos quedado dormidos, después de hablar sobre lo que habían sido esos días, no queríamos discutir, y dejamos de lado las malas experiencias. —En la mañana me levanté lentamente, para no despertarlo, estaba haciendo el café, mire por la ventana, vi de nuevo las empresas de la familia de Kaleth, está vez no lo extrañaba, estaba en mi cama, me detuve a pensar en lo incómodo que había sido conocer a su madre, parece que no le agrade mucho, se notó en sus expresiones cuando Kaleth me llamo su prioridad.Me acerqué para servirme un poco de café, haría el desayuno después de ducharme, estaba apunto de ir a la recámara con Kaleth, sentí que alguien intentaba abrir la puerta del apartamento, sentí desfallecer cuando vi entrar a mi madre.—Que es lo que te has hecho hija, porque llevas el cabello de ese modo, dime qué es una peluca, hija cómo se te ocurre, es que te quieres ver más joven, ese corte de cabello no es adecuado para tú edad, mírate pareces una jovencita en celo, que esa ro
—¿Se te olvido que no suelo desayunar? —cuestiono acercándose —estaré bien si me das un par de besos y caricias. —¿Quiere venir a la ducha conmigo, señorita Mariam? —preguntó a la vez que me daba un beso en el cuello.—Tú eres un chico sexualmente muy activo, no sé si con el paso del tiempo pueda seguir tu ritmo, y si, me gustaría ir contigo y tomar juntos una ducha, me besa el cuello mientras caminamos a la ducha y me dice que no es solo una ducha lo que quiere.Tras haber tomado la ducha, salimos y preparé el desayuno, lo convencí de desayunar conmigo, él se acerca a la ventana, me acerqué y lo abracé, juntos veíamos la ciudad.—¿Cómo ha ido la reconciliación con tus padres? —pregunté pegada a su espalda.—Bien amor, les hablé de ti, les dejé todo claro, no quiero que se involucren en mi vida amorosa, del modo en que solían hacerlo, en especial mi madre, ella siempre ha querido que me casé con Ingrid, le he dejado claro que te amo, les deje claro que no pretendía renunciar a ti y muc
Estaba como si me hubieran dado un golpe en la cabeza, no podía creerlo y mucho menos dudarlo, porque su madre no me mentiría, sé que no le agrade, pero dudo que se haya inventado todo, ante mis ojos Kaleth era culpable, me había estado llamando, apague mi móvil, él no tenía la línea fija de mi casa, tampoco se atrevería a ir aun cuando ya supiera exactamente dónde vivía, o eso creí.Había llegado el fin de semana y estaba donde mi madre, a la espera que llegará el invitado con el cual mi madre pretendía que saliera, escucho que alguien saluda, al voltear, veo un atractivo hombre, alto, barbado y cabello rubio, saludó a todos, y se acercó cortésmente a saludar a mi madre.Ella nos presentó y estaba sorprendida, sí que era físicamente atractivo, mi madre con sus dobles intenciones me pidió que le mostrará el lugar, no me negué, su compañía era bastante agradable, diferente a las citas que mi madre solía concretar, en su afán de escoger un buen esposo para mí, según ella, caminábamos por
No importaba lo que mi corazón desease, además en el fondo sentía que era solo el deseo, pues con Fernando me sentía diferente, comprendida y el solo hecho de no tener que luchar contra el mundo para estar junto a él, lo hacía no solo adecuado, sino que mi mejor opción en cuanto a ellos, todo indicaba que Fernando me convenía más, me despedí de él y me fui a casa, así pase el resto del fin de semana intentando no pensar en Kaleth, imaginando lo bueno que será para mí estar con Fernando, pues no solo me convenía, mi madre también lo había aprobado.Había llegado el día en que usaría ese elegante vestido que había escogido junto con mis amigas, mi madre me había comprado un vestido que por supuesto no usaría, después de estar allí no podría hacer más que enojarse.—¿Por qué insistes en llevarme la contraria hija, es que no te das cuenta de que mis consejos hasta ahora te han funcionado y servido? Dime, ¿crees que estarías con un hombre como Fernando si hubiera dependido de ti?—preguntó e
Todo estaba tan confuso, él iba a tener un hijo con su futura esposa, como se había atrevido a seducirme, estaba por creer que era un enfermo, un psicópata con atracción por las mujeres mayores, quizás su madre tenía razón, sentía que mi mundo estaba colapsando, amaba a Kaleth, él me había hecho sentir cosas que jamás hubiera imaginado, pero, por otro lado, está Fernando, tan bueno y conveniente para mí.Me metí a la ducha y dejé caer el agua por varios minutos, mi cuerpo estaba pálido y el frío me hacía temblar, me salí de la ducha y dispuse a ponerme una pijama y me metí debajo de las sábanas, me había costado dormir, tenía mucho que pensar, las cosas estaban bastante claras, no entendía por qué darle más vueltas al asunto. En la mañana me levanté con las ojeras queriendo adueñarse de mi rostro, tenía que ir a trabajar, había dormido poco más de dos horas, me sentía cansada y sin ánimos, pero tenía que ser responsables y sobre todo tenía que cumplir con mi trabajo, tenía clientes i