Todos los capítulos de Beta Alfa, ¡Aléjate de nuestra hija!: Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo 20.
Los cachorros y las lobas habían sido traídos por el idiota hasta aquí. Muy responsable de su parte quererse zafar de su nueva manada.Era indignante, pero creo que ciertamente estarían mejor aquí que en cualquier lado cerca del lobo durmiente.Me sentía responsable de ellos.Técnicamente se suponía que yo sería la Luna de todos estos pequeños y de las lobas adultas, así que supongo que era normal que pensara así.-¿Ya saben en dónde acomodarán a todos? - Pregunté al Alfa Alan y a Lia.Ambos se miraron y luego a mí.-No estamos seguros. - Dijo Lia.Suspiré y cuadré los hombros.-En mi tiempo con el ejército humano llegué a ver algunos tipos de traumas parecidos. - Dije mirando mi entorno. - No soy especialista, vas a tener que encontrar a alguien que sí lo sea; mientras tanto, puedo evaluar su salud física, proponer un plan de alimentación para subirlos de peso y en el caso de las lobas... tengo que ver otras cuestiones. Cuestiones sexuales que no quería mencionar por respeto a los tr
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Capítulo 21.
No sabía cuántas horas habían pasado, pero estaba segura de que no había pasado tanto tiempo desde el momento en el que me quedé dormida al momento en el que quise abrazar a mi bebé y no lo pude sentir cerca. Abrí mis ojos con gran fuerza de voluntad y busqué en los alrededores de mi cama. No vi nada. Me levanté alarmada y busqué frenéticamente por toda la habitación. ¿Dónde...? -¿Qué haces con Valerie, pequeña? - Pregunté con un suspiro de alivio al ver a mi bebé en brazos de la cachorra con mayor edad. -La alimento antes de que vengan y nos castiguen por el ruido. - Dijo la cachorra preocupada mirando hacia la puerta. - También le he cambiado el pañal. Señaló hacia una esquina de mi cama y yo parpadeé. El resto de los lobeznos parecían estar tranquilos en sus camas. Al observarlos detenidamente vi que no estaban dormidos. -¿Los despertó mi hija? - Pregunté suavemente. -No. Dormir es un lujo que no se nos permite a menos de que lo ganemos... -Ya está bien. - Dije con ganas de
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Capítulo 22.
Rowan.Mi cerebro frito volvió a la vida abruptamente y solo me tomó dos segundos recordar la última escena que vi frente a mí.Un pequeño oso me había atacado.Bajé los pantalones que claramente no eran míos y el alivio me inundó.Fueron los tres segundos más felices de mis últimas horas.Entonces fui consciente de mi entorno y de la loba que me miraba con cara asesina. Lo siguiente que supe fue un bombardeo de información que volvió a freír mi cerebro.Se fue de la habitación después de solo aclararle una de las tantas cosas que me soltó de golpe.No era estúpido, la loba quería una contestación adecuada pero me sentía demasiado confundido sobre algunas cuestiones.Volví a recostarme y cerré los ojos. Yo era un superviviente y un estratega, había superado cosas peores que la furia de una loba.Tenía que organizar la información antes de ir a buscarla y aclarar las cosas.¿Cómo mierda lo haría? Aun no lo sabía pero... ¿Qué tan difícil podía ser arrastrarte ante tu pareja y decirle qu
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Capítulo 23.
-Bien, vamos Chase.-Pero no puedes salir...-Y tú no podías tomar los móviles. - Dije realmente enojado. - Mueve tu culo, cachorro.Abrió la boca y la cerró con fuerza después.-Guía el camino.Chase asintió y salió corriendo. Yo lo seguí.Bajamos algunas escaleras y luego fuimos hacia la salida.En cuanto estuvimos fuera me transformé en lobo y utilicé mi comando Alfa en un aullido para reunir a todos los lobos del territorio justo aquí. Y lo hice con urgencia.Los segundos pasaban y comencé pasear de un lado para otro frente al edificio. Tenía un montón de cosas en mi contra: No conocía el terreno, no sabía si Alan ya había enseñado tácticas de defensa del territorio a los guardias de Bastian apostados aquí, no sabía si tenían un Lugar seguro a donde llevar a los cachorros y las lobas... no sabía una mierda.-¿Qué sucede? - Dijo un lobo de edad avanzada justo en frente de mí.-Por favor, dime que sabes dónde mierda está el Alfa y que puede estar aquí en cinco minutos. - Dije con u
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Capítulo 24.
Chase.Me sentía bastante responsable de lo que estaba ocurriendo ahora mismo.Ayer, mientras mis tíos habían estado dando órdenes para alimentar a todo el mundo y otras cosas, yo aproveché para colarme al último piso del edificio y descubrí la habitación de ellos.Estaba cerrada con llave, pero nadie contaba con mis increíbles dotes de cerrajero (que había aprendido recientemente. El abuelo Fred siempre decía que cualquier habilidad extra era importante).Tenían cosas muy extrañas colgadas en las paredes. ¿Para qué necesitarían cadenas? Y... ¿Un tubo de bomberos en el rincón? Curioso e interesante.Me adentré en la habitación y comencé a buscar en las superficies. Por lo que sabía, al tío Alan no le gustaba cargar consigo su móvil a menos de que saliera de la manada y necesitara hablar con mi tía. Y ella unicamente revisaba el suyo por las noches si es que se quedaba en la manada.Ambos estaba aquí, así que sus móviles debían de estar en alguna parte.No encontré ninguno a la vista.A
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Capítulo 25.
Chase.Después de que la doctora Paula se marchara, la osa le gruñó al tío Rowan por algunos minutos más antes de que saliera de la habitación conmigo a cuestas. -Uh... ¿A dónde vamos? Ella se detuvo y giró la cabeza para verme. Entonces bajó su cuerpo hasta el piso e hizo una especie de gemido bajo; yo supuse que era para que me bajara así que lo hice y la vi desaparecer escaleras arriba dando bostezos todo el camino. De... acuerdo. No diría que era lo más extraño que me había pasado en la vida, porque realmente no lo era. Yo también bostecé. Había sido un largo día, y ya que los tíos no estarían aquí hasta dentro de muchas horas, podría irme a tomar una siesta sin preocupaciones. Con esa resolución en mente, regresé a la habitación que había tomado y dormí hasta que salió el sol. Desperté con el alboroto del resto de los cachorros que se preparaban para desayunar. Mi estómago me recordó que por la madrugas nunca llegué a tomar un bocadillo, así que arrastré los pies hacia el pa
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Capítulo 26.
Paula. En cuanto me aseguré de que los cachorros estaban seguros, corrí de nuevo antes de que terminara de dar órdenes Rowan. De alguna sorprendente forma me dejó a cargo del grupo que se quedaría en los alrededores del edificio y, cundo por fin terminamos de vestir a los lobos de su grupo, los vimos partir apresurados. -Todos. - Dije en tono alto para que pudieran escucharme. Algunos guardias lucían nerviosos pero decididos. Incluso se podría decir que estaban impacientes por la próxima batalla. - Ella es Reinelle. La osa resopló pero dió un asentimiento. Se había quedado con nosotros. -¿Nos ayudarás? - Pregunté cortésmente. Ella volvió a asentir. - Bien. Ya escucharon a Rowan, ellos se encargarán de desviar la atención de este edificio, nosotros solo tenemos que guiarlos hacia allá y en lo posible evitar la confrontación. Ya hemos... Me interrumpí porque la osa comenzó a mordisquear mi camisa. -¿Qué sucede?- Ella tiró fuertemente hasta casi hacerme caer. - Bien, vuelvo en dos
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Capítulo 27.
El borde de mi visión comenzó a ponerse roja. Yo, como doctora, sabía que mi cuerpo estaba trabajando a marchas forzadas debido a la gravedad de mis heridas y a que tenía un límite. A la madre que había dentro de mí eso le importaba una m****a. El lobo de la cicatriz estaba peligrosamente cerca de mi bebé y tenía que morir. No había otra opción. Me concentré en todo lo que sabía de las luchas sin honor: Atacar por la espalda, distracción al enemigo e ir por las pelotas. Disfrutaría mucho de eso... en cuanto lograra conectar un golpe. El lobo tenía entrenamiento; era como si leyera mis movimientos y se preparara de antemano para bloquear, esquivar y contra atacar. Y sus golpes eran lo sifucientemente fuertes como para desequilibrarme con cada uno de ellos. Mientras yo luchaba contra él en forma humana, otros dos lobos entraron al edificio y comenzaron a olfatear. No, joder, no. Saqué uno de los movimientos que le había visto hacer al Alfa Alan durante la pelea que tuvo con Rowan
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Capítulo 28.
Yo parpadeé hasta que comprendí que ahora tenía que hacer un conteo de bajas, si es que las había, y planear qué m****a hacer dewpués. ¿Dónde estaban Alfa Alan y Lia?-Puedo darte esos cinco minutos ahora. - Dije suavemente después de echar un vistazo afuera. Ahí, los doctores habían hecho un gran trabajo trayendo a los heridos y comenzando a untarles la fórmula mágica.-Entonces. - Dijo tomando mi mano para atraer mi atención. - He estado pensando en todo lo que me dijiste hace... ¿Dos horas?Yo me tensé.-No, no quiero pelear contigo. - Dijo haciendo pequeños círculos con su pulgar en la mano que aún sostenía. - ¿Supiste que estabas embarazada antes de que tocara a tu puerta?Asentí cautelosamente y él sonrió con tristeza.-Contrario a lo que puedas pensar, no soy un mujeriego. No he tenido una enorme cantidad de mujeres en mi cama a pesar de que Bastian siempre me ha fastidiado con ello; me he acostado con algunas lobas, si, pero nunca con ninguna de la que no supiera en dónde estab
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Capítulo 29.
Reinelle. La verdad es que solo había seguido a todos los lobos a esta enorme reunión de urgencia por curiosidad al principio, entonces se me courrió que quizá mi tío nos había encontrado y mi primer pensamiento fue el de huir. Pero no. Era solo un capítulo más de la emocionante vida de los lobos y sus muchos conflictos en los que se mataban mutuamente porque no tenían miedo a terminar con su raza. Debía ser bonito poder cortar la garganta de cualquiera que te viera mal. Tenía un pocode envidia. Luchar del lado de la madre de la compañera de mi Alfa seguramente nos traería beneficios en el futuro. Esto no tenía nada que ver con mi corazón rompiéndose por los pobres cachorros que llegaron con el padre de la compañera de mi Alfa, no, esto era una transacción comercial. Estaba tan comprometida con ayudar a salvar a esos pequeños que revelé uno de nuestros secretos de supervivencia: La táctica de hacerse el muerto. Funcionó con los primeros treinta lobos que pasaron, después... despu
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