ANDREAMientras me dirijo hacia el plantel de la universidad, mi amiga no deja de insistir en que la acompañe a la fiesta de fraternidad que se va a llevar a cabo este sábado en la noche. Voy caminando con mi mirada fija en el suelo, concentrada en mis pensamientos, pensando en mis problemas que me aquejan desde hace días.—Vamos, Andy, será divertido. No entiendo por qué te niegas a ir. Sé que tienes que trabajar, pero podrías pedir la tarde libre. No puedes perderte esta fiesta, siempre son épicas —exclama ella, tratando de persuadirme.Suspiro profundamente, intento explicarse una vez más.—Ya te dije, y no puedo pedir que me den la tarde. Ya sabes que mi horario no comienza desde la mañana, es como pedir el día completo, y ahora necesito mucho el dinero.Me quitaron la beca y ahora estoy tratando de encontrar la forma de cubrir los gastos, es por eso que hoy vine a la universidad, para preguntar cuánto me saldrá la matrícula. Y aunque quisiera, no puedo permitirme ir de fiesta en
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