Pov. AdrienReynolds se dirige hacia las escaleras, acompañado de dos de sus hombres, y las sube con rapidez. Dalton y yo nos quedamos en el pasillo, y él se acerca a la primera puerta de la izquierda. La abre con cuidado, y asoma la cabeza. Luego, la cierra y me hace un gesto de que está vacía. Así, va revisando una por una las puertas del pasillo, mientras yo espero nerviosamente, mirando el reloj y el radio.Pasados unos minutos, el radio se enciende, y escucho la voz del hombre de piel morena.— Señor Adrien, ¿me escucha? — dice, con voz entrecortada.— Sí, lo escucho — digo, acercándome el radio a la boca —. ¿Qué pasa? ¿Ha encontrado a Isabella?— Sí, señor Adrien, la he encontrado.Al oír esto, Dalton empieza a subir mientras yo permanezco alerta, escaneando el entorno en busca de cualquier posible amenaza. Mi corazón late con un ritmo acelerado en mi pecho, consciente de la gravedad de la situación. Repentinamente, mis compañeros se detienen en una de las puertas del siguiente
Leer más