Mis ojos se dirigen hacia la escalera, al notar un movimiento. Una mujer de mediana edad, de piel blanca y cabello castaño, de ojos hermosos, igual que los de Adrien, baja por los escalones. Le sigue un hombre de unos sesenta años, alto y atlético, también blanco, cabello negro y ojos café. Se acercan a nosotros con una sonrisa.— Que gusto conocerte Isabella, eres muy hermosa — exclama la madre de Adrien, dándome un beso en la mejilla y un abrazo cálido, que me hace sentir bienvenida.— Ella es Sophia Mills Hamilton, mi madre — interviene Adrien con orgullo — y él, es mi padre, Richard Hamilton — dice, señalando al hombre que se acerca con una sonrisa amable.— Un placer Isabella — dice el señor Richard, estrechando mi mano con firmeza.— Bueno, pasemos a sentarnos — propone Sophia, guiándonos hacia la sala.— Mamá, ¿Dónde están Carl y Rachel? — pregunta Adrien, mirando a su alrededor.— Están en camino cariño, a tu hermano se le hizo un poco tarde, pero avisaron que están por llegar
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