Cuando Luciana salió de la habitación volvió con los demás, una emoción la invadió la felicidad, su padre estaba ahí, corrió hasta refugiarse en los brazos de ese hombre que siempre había sido su ancla y refugio en los peores momentos de su vida, volvió a llorar sin poder evitarlo. Ronald abrazó a su hija muy fuerte, Milo lo estaba molesto, tanto con Guiselle por lo que trató de hacerle a su hija, como con Adela O'Brien por hacerla sentir menos, Camille le había contado todo lo que había pasado. —Todo va a estar bien mi amor, Santiago es un hombre fuerte, vamos, debes descansar un poco, igual nada haces aquí. — Luciana empezó a negar con la cabeza. — No vas a empezar a contradecirme señorita, Santiago estará en observación cuarenta y ocho horas, mientras no harás nada aquí, te concedo que vengas por ratos hasta que tu esposo despierte, pero no vas a pasar aquí las cuarenta y ocho horas tienes que cuidarte, cuidar al bebé y cuidar a Emy, por ella iremos de inmediato. — dijo decidido.
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