A MI SOMBRA.Braelyn caminaba por los pasillos del castillo, el amanecer apenas se filtraba por las altas ventanas, tiñendo de oro y carmesí el frío mármol. Su paso era firme, decidido, marcado por el eco de su propia convicción. Pero nada la podría haber preparado para la escena que encontraría en el comedor.Al entrar, sus ojos se encontraron con la imagen que desgarraría cualquier fachada de calma que le quedase. Ahí estaba Sienna, la amante de Vincent, sentada a su lado en la mesa, hablando con una dulzura empalagosa.―Espero que sea un niño, ―susurraba ella, con una mano posada sobre su vientre, todavía plano.Vincent, el Alfa, la besaba en los labios y le respondía con una voz que era un susurro cargado de promesas.―Aceptaré lo que el Dios Fenrir decida concedernos, mientras sea de ti, estaré feliz.El corazón de Braelyn se hundió en un abismo de dolor y humillación. No más. Ya no soportaría más este abuso descarado. Con la dignidad de su posición como Luna y la furia de una to
Leer más