Cuando llegaron al aeropuerto, Enzo, el guardia de seguridad personal de Vittorio, estaba esperando a Vivienne con un cartel que indicaba su nombre. Vivienne se acercó a él despreocupadamente y le entregó su maleta cuando mencionó que se la llevara, siguiéndole hacia el jet privado de Vittorio. - ¿Vienes con nosotros, Enzo? - preguntó Vivienne con curiosidad.- Sí, señora. El señor Gotti quiere que me ocupe de la seguridad de todos. - Respondió con prontitud. Vivienne no pudo evitar una dosis de burla e ironía. - Claro, porque las parras son extremadamente peligrosas. - Con eso, se desvió de su ruta prevista. Enzo, visiblemente confuso, preguntó - ¿Adónde vas?respondió ella con una sonrisa pícara. - A comprar el sueldo de mi ayudante. ¿Vienes?El guardia de seguridad siguió a Vivienne hasta la chocolatería del aeropuerto, aún sin comprender del todo la situación. Minutos después, Vivienne subía al jet de Vittorio, disfrutando despreocupadamente de su batido de chocolate y llevand
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