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Todos los capítulos de El nuevo jefe es mi exnovio: Capítulo 41 - Capítulo 50
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Capítulo 41
17 de julio de 2020:Querido, D. Sé que había prometido no volver a escribirte más cartas, pero se me ha hecho imposible. Desde la última vez que nos vimos personalmente, me prometí que sería una gran estudiante en la universidad, al menos para igualar un poco las grandes capacidades que pude ver en ti cuando eras estudiante. Te confieso que anteriormente no entendía el por qué casi todo el tiempo te encontrabas estresado y, como esa vez a las afueras de tu hotel me pediste que te hiciera un masaje en el cuello, recuerdo impresionarme por la tensión que llevabas en los músculos. No lograba entender el por qué un universitario cargaría con tantas dolencias, pero ahora lo comprendo todo. A veces me encuentro a mitad de la noche, llorando en silencio, sin lograr soportar tanto estrés. Sin embargo, sonrío cuando me encuentro con personas y termino dándoles fuerzas para que sigan adelante. En todo este tiempo… he entendido muchos de tus consejos, desgraciadamente, no estás cerca para pod
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Capítulo 42
Última carta escrita por Evie: 19 enero de 2021. Si volviera a verlo en persona, me gustaría darle una fuerte bofetada. Lo golpearía tan fuerte que lo haría rodar su rostro a un lado y quedaría mi mano marcada en su piel.Él me demostró que los recuerdos más hermosos y rosas pueden convertirse en sufrimiento gris.Y es que sé que en otra realidad pudimos haber sido una pareja que lograría todo lo que se propone y se jura amarse para siempre. Habríamos sido esas personas que hacen una lista de deseos y la van cumpliendo una a una, viajando y tomándose fotos que en el futuro les mostrarían a sus nietos en esos álbumes viejos y nostálgicos. En otra realidad yo le habría entregado todas las cartas que guardé en mi cajita violeta, él las habría coleccionado; y yo pondría a disecar las flores en los libros, para atesorar aquellos recuerdos físicos para siempre. En otra vida el hasta luego no habría sido un adiós, porque realmente sería el comienzo de una larga vida juntos. En otra realidad
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Capítulo 43
Ese año Natalie se había mudado a nuestro apartamento y teníamos mucho tiempo que pasábamos juntas, haciendo ejercicio o cocinando, así que le conté todo sobre Davison cuando estaba segura que sí iba a llegar a la ciudad, lo mejor era que revisábamos sus fotos. Las dos estábamos en un punto de nuestras vidas donde pasábamos horas hablando sobre hombres. Al principio a ella no le convencía mucho Davison, sobre todo porque vivía muy lejos.—Es como si hubieran tomado todo lo que me gusta de un hombre y lo depositaran en él —comenté a Natalie cuando estábamos comiendo mandarinas en la sala—. Va a llegar como en tres meses, me dijo. Iremos a tomar micheladas el primer día.Ella me observaba con rostro pensativo y después volvió a observar la foto que un día anterior Davison me envió.—¿Así son tus gustos? —preguntó, aunque sonaba más a decepción.Por un momento me desconcerté, porque me parecía que Davison era bastante guapo; bueno, así eran mis gustos.Natalie me entregó el celular y des
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Capítulo 44
Última carta escrita por Evie: 19 enero de 2021. Los sobres los asocio con dolor y nostalgia.Pero no son cualquier sobre de papel, son los sobres blancos de cartas. Hubo un tiempo en que el papel blanco también me parecía algo sufrido. De hecho, las bibliotecas por un tiempo me parecieron sumamente desagradables.Y es que el problema de las personas es que asociamos objetos, sensaciones, olores o lugares con personas; es eso, que no podemos separarlas por más que queramos. De hecho, yo me enamoré de la lectura por una persona que me enseñó a asociarlas. Conocí a una persona que estaba obsesionada con los sobres de cartas y los libros.Nunca quise asociarla con estas cosas, pero fue inevitable, ella siempre cargaba con un libro en su mano y pasaba horas enteras en la biblioteca leyendo o escribiendo. Usaba unos enormes lentes que le quedaban bastante bien y le daban un aire intelectual que hasta ese momento solo había visto en él.Me parecía tan curioso el que estuviera tan sumergido
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Capítulo 45
El único vestido que había conservado de mi separación con Adam fue uno rojo fuego de satén. Era mi favorito, elegante y sensual.Decidí usarlo para la cena en la mansión.El auto llegó a recogerme a eso de las siete y media.Era la primera vez que la mansión la veía llena de personas, todas vestidas de gala, con sus costosísimos vestidos hecho a la medida.Entre los invitados encontré a Roberta, la rubia con la que Adam estaba saliendo en esos días. No entendí el por qué Adam me había invitado si también estaría presente su novia.Supe que ella sabía quién era yo porque me quedó viendo fijamente de lejos y no parecía tan contenta de verme.Adam se acercó a mí con una enorme sonrisa.—Cariño, por fin llegas —me saludó con un beso en los labios.¿Qué estaba sucediendo? No entendía nada.—Sígueme la corriente, por favor —me susurró al oído.Avanzamos hasta el gran salón, en el cual logré reconocer algunos rostros, entre ellos, Kevin. Ya no era un adolescente, ahora era todo un hombre qu
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Capítulo 46
Otra vez me encontraba con Davison en el Juan Valdés.Intentaba que no me viera, hacerme la loca y que no me notara, para poder tomarme mi capuchino en paz. Desgraciadamente estaba sola en la mesa y él cada vez que me veía, se acercaba para saludarme.Ahí está, viéndome de lejos.Mierda, se está acercando.En estos años que han pasado Davison se ha convertido en un divorciado que trabaja como oficinista, sin hijos, sin esposa… En pocas palabras, un fracasado que está aburrido de la vida que lleva.Ahora trabaja a una cuadra de la compañía Sanders y una o dos veces al mes nos terminamos topando en el Juan Valdés de la avenida, donde a mí me gusta tomar un capuchino cuando logro salir temprano del trabajo.Es curioso que después de tantos años, nos hayamos reducido a ser conocidos que tienen conversaciones por amabilidad. Si la Evie de diecisiete años le hubieran dicho que terminaría de esta forma con su primer amor, jamás se lo habría creído.Adam se acerca, me saluda y yo finjo sorpre
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Capítulo 47
Adam tomaba muy en serio el hecho de que me fuera sin avisarle por las mañanas, así que esa segunda vez que me quedé en su apartamento tuve que despertarlo cuando me había duchado. Pareció no caerle muy en gracia el que me despertase tan temprano, gruñía y arrugaba su rostro entre las almohadas.—Me dijiste que te despertara cuando me fuera —comenté—, así que lo hago para que después no te des de ofendido como la primera vez.—¿Qué hora es? —preguntó Adam aún con el rostro arrugado, hablando ronco y buscando en la mesita de noche la hora en el despertador.—Son las cinco y media —respondí con tono casual.—¿Qué?, ¿qué haces despierta a esta hora? —Ahora me veía como si se tratara de un bicho extraño. Soltó un quejido y echó todo su cuerpo pesado entre las sábanas—. Ven a dormir, ni siquiera ha salido el sol.Me terminaba de colocar la falda y me senté en el bordillo de la cama para colocarme los zapatos marrones.—No, debo volver a mi casa, necesito escribir y tengo otras cosas que ha
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Capítulo 48
Terminé otra vez acostada en la cama, comiéndome a besos con Adam. Éramos dos cuerpos calientes incapaces de saciarse.Los labios de Adam recorriendo todo mi cuerpo era como sumergirme en una fantasía erótica, provocando que mi garganta soltara los más profundos gemidos y mis uñas buscaban aquella blanca piel, lo arañaba con fuerzas. Sus caderas bailaban a un ritmo único, estimulando caricias que hacían temblar mis huesos.Después de aquel intenso placer, dormí por primera vez de forma tan profunda que mi cuerpo recargó energías de tal forma que no sentí cuándo Adam me abrazó. Al despertarme, ya el reloj marcaba las doce del día.—Ah… dormilona, ¿no eras de las que se le hacía incapaz de dormir en otra cama? —cuestionó Adam con una sonrisa prendida en su rostro.Lo observé con los ojos aún entrecerrados por el sueño.Llevaba el cabello húmedo, Adam se terminaba de colocar una camiseta polo blanca. También llevaba un jean oscuro algo ajustado que me dejaba a la vista a su perfecto tras
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Capítulo 49
No había reparado que Adam había traído consigo una cajita de regalo. Me picaba la curiosidad de qué me quería regalar.—Quería hacerlo contigo en tu apartamento —comentó—, pero cuando venía, me topé con alguien que me hizo recordar algo desagradable.Adam se había encontrado con un viejo conocido de la preparatoria y mantuvieron una conversación que terminó en recordar sus últimos años en el colegio.Y después, estar en mi habitación, tan formal, todo estrictamente organizado, le recordaba a esos momentos. A esa mañana cuando la esperaba, el momento exacto donde alzó la mirada y vio el helicóptero sobrevolando por la ciudad.—Evie, ¿recuerdas la noticia de que en un colegio hubo una masacre? —preguntó Adam de pronto.Abrí los ojos con impresión.—Sí, lo recuerdo —respondí—. ¿Por qué hablas de eso ahora?—Porque eso sucedió en mi instituto —respondió Adam.Me senté en la silla de escritorio, rodándola con los dedos de mis pies hasta llegar a la cama.—¿Cómo que estuviste ahí? —pregunt
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Capítulo 50
Mientras esperábamos sentados en las bancas amarillas del Efecty que quedaba a una cuadra de mi edificio para hacer el envío del paquete, mis manos sudaban mientras se entrelazaban estresadas e impacientes.Adam veía con curiosidad cómo el viejo abanico pegado en la pared era incapaz de amortiguar el incesante calor que hacía en el pequeño local, cuestionando lo infeliz que sería si tuviera que trabajar en un lugar como aquel. Comparaba los lugares que debía visitar cuando se encontraba conmigo. Llegó a hacer varios comentarios, susurrándome al oído. Se pasaba un pañuelo blanco por la frente una y otra vez. Tenía un tic en la pierna derecha, temblaba desesperada. Sus ojos pasaban del abanico al indicador del turno.—Maldita sea, ¿cómo es posible que aquí no haya aire acondicionado? —gruñó—. Tuvimos que llamar a la oficina de correo directamente y que se llevaran el paquete.—Por aquí es mejor, cuesta menos —dije.—El dinero no es el problema, Evie —espetó—. ¿No ves lo que causa el q
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