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Todos los capítulos de La ex del alfa millonario: Capítulo 71 - Capítulo 80
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Capítulo 71: Consecuencias de decidir
Narrador omnipresenteHelmut podía escuchar la pregunta que sin pensar había dicho y la respuesta de Aitana, como también, recordaba la mirada cargada de dolor de Aitana. Nuevamente, la había lastimado como en el pasado.Y esta vez, no había una maldición a la que culpar. Había cometido un grave error, lo sabía. Porque ella lo había mirado de la misma forma como lo hizo años atrás cuando firmó el divorcio y desapareció de su vida.Sabía que era capaz de cumplir su promesa de no volver a aparecer en su vida, porque los años que habían pasado buscándola, era un claro ejemplo de cuan buena era escondiéndose del hombre que solo sabe dañarla. — Rayos… — se limita a decir al saber el grave error que había cometido. — Señor, ¿fue un error de mi parte aparecer? — pregunta
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Capítulo 72: Hablar sobre ello
Eugene no sabía cómo ayudar a Aitana. Durante estos años, habían crecido sentimientos por ella, que eran más que solo un chico hacia su salvadora, pero, no se había atrevido a decirle algo al respecto, porque veía que había problemas no resueltos de su anterior relación.Unos que le impedían empezar una nueva con él o alguien más. Porque, aun estando en continentes distintos, ella seguía aferrada a un pasado que no le dejaba avanzar. Uno que le impedía tener nuevas experiencias y como ahora, sufrir por quien le había causado daño en el pasado. — Aitana, ¿quieres seguir cómo vas? — pregunta Eugene sentándose al lado de ella. — ¿A qué te refieres exactamente? — pregunta Aitana abrumada por lo que sucede. — En el pasado huiste de él, porque te había amenazado c
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Capítulo 73: Castigar a su padre.
Helmut sabía que las palabras que Aitana decían, no era algo fingido. La oportunidad de estar con ella, se habían cerrados por un ataque de celos que no supo controlar y aunque le dolían sus palabras, era un mecanismo de defensa que debía respetar. — Lo entiendo. Sé que merezco incluso que me saques a patadas de aquí por lo que te dije sin pensar —  — No hay cosa más dolorosa que un padre niegue a sus propios hijos. Helmut, antes de venir aquí, nosotros no estábamos pasando por algún momento difícil. Vivíamos bien, estábamos bien sin ti. Si vine aquí es porque sentí que los niños debían conocerte.>> Crecí con el amor de mis padres y sé cuánto duele no tenerlos en el mundo. Por eso, no quería que mis hijos vivieran sin conocer a su padre. Pero, si solo vas a estar para que ell
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Capítulo 74: Estar en problemas
Narra AitanaUn mes después Aunque había acordado reunirse con su exesposo para las pruebas de paternidad, había pasado un mes y no había tenido señales del hombre que se atrevió a darle un sociedad, donde él no tenía muchas ganancias, solo para tenerla cerca.Pero, no podía culparlo, sabía lo que estaba sufriendo por la caída de sus acciones. Algo que había enloquecido en el área empresarial. Ya que, una organización misteriosa había arruinado la reputación de una de las empresas más grande del mundo. — Creo que ya podremos poner en marcha este proyecto. Todos los posibles obstáculos han sido analizados varias veces y hay una solución a cada uno — murmuro agotada. — La materia prima llega en dos horas. Por lo que, con la capacitación de los empleados a punto de realizar, no nos queda
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Capítulo 75: Ser unos vándalos
No sabía qué hacer. Conocía cuan inteligentes eran mis hijos y por ello, no me sorprendía que mi hijo se infiltrada en una base de datos privada de una empresa y conocer sus más grandes secretos. Pero, lo que si me sorprendía es que no se hubiese quedado conforme con arruinar a su padre, sino, venir hasta la empresa y causar más problemas.  — ¿Por qué hiciste esto, hijo? — Pregunto firme mirando a Albert.Sabía que Ariana era buena en otras cosas, como causar caos como el de ahora. Pero, en la parte de robo de información, Albert era el experto. Así que, en esto, estaba la marca de Albert, quien no se atrevía a mirarme. — ¿Por qué me hicieron esto? ¡¿Acaso creen que el trabajo de un hombre es un juego?! — grita Helmut y yo siento que mi paciencia se acabó. — Un momento, a mis hijos solo l
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Capítulo 76: Castigar
Mi corazón comenzó a latir con fuerzas al ver lo que mis hijos pensaban de mí. Había pasado años difíciles, trabajando para poder reunir dinero para traerlos al mundo y me había esforzado doblemente para terminar mis estudios y que ellos estuvieran orgullosos de la madre que tenían.Eugene, me había ayudado respaldándome en lo que podía, pero, yo trabajaba mucho para que ellos tuvieran una madre fuerte en la que apoyarse, y ahora, ellos estaban apoyándome a mí y diciéndome que habían notado cada esfuerzo mío.Era feliz, inmensamente feliz y orgullosa por la mujer en la que me había convertido y que mis hijos notaban, pero, no podía olvidar que habían hecho algo incorrecto y debía castigarlos, hacerles ver que, aunque estuvieran indignados, no podían perjudicar así a varias familias. — Me alegra mucho que
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Capítulo 77: Arrancar cabello
Era evidente que las cosas no me estaban saliendo como pensaba y por ello, necesitaba hablar con claridad, antes de que todo fuera demasiado tarde y mis hijos se quedaran con una persona que solo iba a enseñarles a ser violento. Pero, no sabía cómo hablar al respecto. Era un tema delicado, que no le había dicho a nadie, pero, que pronto podrían notarse y por ello, necesitaba que Helmut cambiara. Necesitaba que fuera un buen padre para los niños. — Lo siento — dice Helmut haciendo que salga de mis pensamientos. — ¿Qué has dicho? — pregunto aturdida. — Hablemos bien. ve a ducharte y yo te esperaré en el auto, para que salgamos a hablar bien — dice Helmut y yo asiento sabiendo que debo decirle mi condición y que quizás con eso, cambie.Entro a la casa y veo a los niños corriendo en toalla. Los dos vuelven a ser ni&ntild
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Capítulo 78: Querer morir juntos
Un mes despuésSalgo del consultorio respirando profundamente. Como siempre, guardo bien los resultados médicos y los escondo en la bodega que tengo en el banco. Con mis hijos un poco curiosos, debo esconder todos los documentos médicos en el banco como si fuera dinero. Salgo del hospital y camino rumbo al banco, con mucha tristeza. Disimuladamente, he estado tomando medicina para calmar los síntomas que ya han pasado a mostrarse mucho, pero, las cosas no han salido bien.La palabra cirugía, se repite una y otra vez en mi mente y yo suspiro profundo porque sé que no puedo aceptar dicho tratamiento con dos niños que necesitan de mí. Entro a la bodega del banco y cuando recién guardo los documentos, escucho la voz de Helmut. — ¿Aitana? — pregunta Helmut y yo me giro sorprendida. — ¿Qué haces aquí, señor Baumann? — Leer más
Capítulo 79: Tener miedo
Me alejo de la mirada de Helmut, porque siento que no puedo permitirme flaquear por unas palabras dulces que, aunque me reconfortan al pensar que no estaría en un ataúd sola, me angustian porque mis hijos si lo estarían. — Por favor, no hables así, hay no somos solo tú y yo, si no, los niños. Ellos nos necesitan y si uno de los dos falla, debería el padre que queda ser ese respaldo que tendría con los dos. — ¿Estas enferma? — pregunta Helmut y yo agradezco estar mirando hacia mi ventana o notaria mi miedo y sorpresa. — Solo digo eso, por si algo nos pasa a uno de los dos. Yo no tengo más familia y tú tampoco, así que, solo podemos apoyarlos nosotros —  — Espero que sea eso y no que me ocultas algo — dice Helmut y yo respiro profundo. — Volviendo al tema inicial, ¿yo soy la única c
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Capítulo 80: Noticias sorprendentes
Narrador omnipresenteAitana no dejaba de temblar, quería ver a su hija despierta y sana. Habría deseado que la llamada fuera porque había hecho una travesura y no porque estaba enferma. Pero, no había forma de cambiar lo que estaba pasando.La directora se fue a la escuela y trajo a Albert, quien al enterarse de lo que le había pasado a su hermana, se había transformado en un chico que gritaba y rompía todo a su paso, porque no querían llevarlo donde estaba su hermana.Eso era sorprendente, porque Albert era un niño demasiado tranquilo. Pero, como su madre, cualquier cosa relacionada a su familia, lo enloquecía y por eso, actuaba así. Sin embargo, apenas llegó al hospital y vio a su madre con su hermana, respiró profundo y logró tranquilizarse. — Mamá — dice Albert y de inmediato, Aitana se limpia las mejilla con disimulo y sonríe int
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