Narrador omnipresenteAitana no dejaba de temblar, quería ver a su hija despierta y sana. Habría deseado que la llamada fuera porque había hecho una travesura y no porque estaba enferma. Pero, no había forma de cambiar lo que estaba pasando.La directora se fue a la escuela y trajo a Albert, quien al enterarse de lo que le había pasado a su hermana, se había transformado en un chico que gritaba y rompía todo a su paso, porque no querían llevarlo donde estaba su hermana.Eso era sorprendente, porque Albert era un niño demasiado tranquilo. Pero, como su madre, cualquier cosa relacionada a su familia, lo enloquecía y por eso, actuaba así. Sin embargo, apenas llegó al hospital y vio a su madre con su hermana, respiró profundo y logró tranquilizarse. — Mamá — dice Albert y de inmediato, Aitana se limpia las mejilla con disimulo y sonríe int
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