••••••••••Un día después. Londres, Inglaterra.11: 00 am. — ¿Tan rápido vas a volver? Deberías quedarte un poco más con nosotros, hijo. — Pedía él padre de William Robinson, el señor Charlie. — Déjalo, tiene trabajo que hacer. — Informó Margaret Robinson, madre de William. — Tomarás control de todas las posesiones de Harry, solo por eso estaré de acuerdo en que vuelvas a Los Angeles. Sin embargo, sobre esa mujer casa fortunas, mejor ni la traigas, ahora que tú riqueza ha aumentado aún más, esa cualquiera poca cosa querrá quitarte todo para esos niños bastardos que carga. — Mamá, amo a Savannah, sabes que pienso pedirle que sea mi esposa, ya lo hablé con todos en la cena de anoche. — Decía William cabizbajo. — Me lástima que hables de ellos de esa forma, sus hijos prácticamente fueron criados por mí, estos tres años. — Sí, ¿Pero que fue lo que hizo la miserable malagradecida? — Comenzó a reírse Margaret. — No seas tonto Will, ella no es para ti y nunca va a serlo. — ¿Ah, no? ¿Qui
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