Mi querida enemiga. Capítulo 10. Un hombre sincero.
Harley SmithLos días fueron pasando, y mi enfrentamiento con Foster apenas comenzaba, como para evitar verme con él comencé a acudir a altas horas de la noche, pero en la mañana él terminaba llamando a mi supervisor para decirle que la empleada de limpieza no había ido a asear su oficina y luego mi jefe terminaba llamándome para regañarme y por más que le decía que ya había dejado todo listo, no me creía y me ordenaba volver a ir.Terminé limpiando dos veces, en la noche y en la mañana y para completar mi martirio, mientras estaba aseando, él iba ensuciando todo a su paso, como un huracán de suciedad, dejaba vasos, los papeles encima del escritorio, incluso como se dio cuenta de que me molestaba el olor a cigarrillos, comenzó a fumar en su oficina, tirando las cenizas en cualquier lado a propósito.“Desgraciado, patán, mala gente, ojalá te atragantes con el humo y termines enfermo de los pulmones”, decía en mi interior con rabia.Ese día decidí ir en la mañana a limpiar, porque no qu
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