Gael.Después de asegurarnos de que Sofí estuviera cómoda en su cama de hospital, me quedé a su lado mientras pasaban los días. Ian, nuestro pequeño luchador, seguía mejorando, y el médico nos aseguró que pronto ya no necesitaría ningún sistema de ayuda y estaría a diario en los brazos de su madre.Pasaron los días con extrema lentitud para mí, pero no me quedé quieto, cuando Sofí caía rendida era mi mejor momento de actuar, y en silencio, trabajé como u desquiciado, mientras Slim se volvía un problema cuando trataba de entrar a toda costa.Y un día antes de salir del hospital, por la noche, salí a su encuentro.Muchos de sus hombres estaban allí, quería intimidarme incluso con el número presente, pero levanté mi barbilla mientras mi hermano se ponía al lado.—Entonces… planeaste una boda de mentira, pagaste a un juez de forma anticipada… vaya, no lo vi venir…Apreté mi mandíbula.—No has visto venir nada, Slim… hay mucho por ocurrir, y eso parte desde el momento en que pensaste que p
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