Corrió por la calle tan rápido como sus piernas podían llevarla. Llegaba tarde, muy tarde, a su entrevista. No podía dejar pasar esta oportunidad. Después de rezar a Dios durante mucho tiempo para conseguir por fin un trabajo de oficina, había conseguido uno. Rosetti Enterprises no era un mal lugar para trabajar, oh no, no... era el mejor lugar para ella. Estaba muy segura de que podían pagarle un buen sueldo. Uno que le permitiera comer, saldar todas sus deudas y dejar todos sus otros trabajos secundarios y nocturnos.—Lo siento, por favor, discúlpeme —pidió amablemente mientras se cruzaba con algunas personas en su camino.No podía ser de otra manera. Intentaba recuperar el tiempo perdido, lo cual, al parecer, no tenía muchas posibilidades, porque aquí, delante de ella, había unas cuantas personas que caminaban con toda la lentitud posible. Así que disculparse era ya una costumbre. Aunque sabía que su retraso era en parte culpa suya. Había llegado a casa temprano esta mañana del tra
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