―¿Un hombre arrepentido no merece ser perdonado? Viktor aceptó estar equivocado y se esforzó por recuperarme. No porque me necesitara, sino por amor. ―Estaba dispuesta a defenderlo―. Él cambió por mí. ―Mi pequeña florecita, la gente no cambia si no tienen una buena motivación para hacerlo… y, aun así, suelen recaer. ―Mi padre intentó alcanzar mi mejilla, pero yo retrocedí.―Tengo que regresar con mi esposo, mi lugar está a su lado y sé que él no se detendrá hasta encontrarme, lo hizo una vez, lo hará otra vez…―¿Eso es lo que crees? ―preguntó mi padre dedicándome una mirada que me hacía sentir ingenua y tonta. Me extendió unos papeles que tomé con cuidado. Conforme los comencé a leer, sentí que mi alma abandonaba mi cuerpo―. Durante mi viaje aproveché para pasarlo a ver. Creí que, de encontrarse mejor, podría traerlo para acá, como una clase de sorpresa para ti, pero… ―No… Viktor no… No… ―No pude terminar de hablar cuando un sollozo me interrumpió.―Él no quiere saber nada de ti. Al
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