XVII. ¿Amiga o enemiga?
Al otro día, cuando abrió los ojos con cansancio, la somnolencia se le quitó de golpe a Ailsa, al recordar todas las locuras que una copa de vino le habían hecho hacer anoche.Porque fue claramente la copa de vino y nada más.Ella era una mujer tímida y recatada, pero cuando Matt se despertara, podía dar fe, de que eso era un engaño total.Lo tenía a él, enredado como pulpo, abrazándola desde su espalda, pero a diferencia de otras mañanas, cierta parte de su cuerpo también se encontraba dormida, porque si después del campeonato y las exigencias de ayer de la pelirroja, todavía tenía una erección matutina, entonces era un enfermo sexual sin cura, o la tenía de goma.¿Cómo salía de esta situación tan embarazosa y delicada? ¿Cómo reaccionaría Matt, cuando se despertara?Esta vez no podía huir como la primera vez, esta vez si se tendrían que ver las caras y a Ailsa, le dolía el corazón de solo pensar en su rechazo y su arrepentimiento.Pero lo que ella no sabía, era que Matt no estaba pas
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