III. Tu abrazo me reconforta
Evan se lanzó rápido a la cama y comenzó a abrazar y consolar, a la desesperada mujer entre sus brazos, que se aferraba a él y lloraba en su pecho como si su vida se fuera a acabar en cualquier momento.- Tranquila Sra. MacLeod, cálmese, no está sola. Mo… Morag, cálmate, estás a salvo, estás a salvo - comenzó a hablarle informal ante la situación desesperada, pensando que así llegaría más fácil a ella.La abrazó con más fuerza, casi fundiéndola en su pecho, ahogando sus gritos de dolor y acariciando su espalda temblorosa.Su corazón se apretaba por verla tan frágil, tan vulnerable, cuanto sufrimiento debería tener en su interior para verse así, tan rota.Sabía que había perdido a su familia, una mujer que aparentaba ser fuerte, invencible, pero por dentro, estaba llena de dolor y desesperación.Pasó más de una hora hasta que se quedó dormida entre sus brazos.Evan se había apoyado en el respaldar de la cama y la arrullaba como una niña pequeña, prometiéndole toda la esperanza del mund
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