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Todos los capítulos de De doctora a esposa: Capítulo 31 - Capítulo 40
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31: Una llegada esperada
Aisha confió en Mel, se había mostrado como una persona sincera y hasta el momento ella era la única persona que tenía de su lado ya que el señor Montecristo seguía en esa unidad de cuidados intensivos. — No me tienes que jurar nada, ahora vamos a recoger nuestras cosas a casa. Ya vendí la propiedad y no podemos permanecer más tiempo ahí, mientras tanto podemos vivir en los dormitorios del hospital. — Genial, las cosas han cambiado a un punto espantoso. Bueno, si no hay más opciones tendremos que hacer eso. Tanto Mel como Aisha recogieron lo necesario y lo otro tuvieron que tomar la decisión de mandarlo a una bodega. Ellas estaban por salir cuando vieron que Alejandro entró como todo un rey. — ¿Qué haces aquí? — Aisha dió un paso al frente y miró al hombre — escucha, no quiero que vengas a causar problemas. La casa está siendo desocupada ya que la vendí y no deseo que el dueño me venga a correr de una manera poco educada, así que por favor vete. — Ya sé que vendiste la casa y te d
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32: Infragantis
Debido a la autoridad que la mujer emanaba, todos se vieron formados en fila india y saludaron de forma respetuosa. Ella miró la casa y arqueó una ceja al ver lo descuidada que se encontraba. — Al parecer el trabajo está de sobra aquí. Quiero que empiecen a limpiar a profundidad, las casas como estas tienen todo en el mismo sitio — ella señaló un armario — ahí deben de estar los utensilios necesarios; ¿Alguien sabe dónde se encuentran los señores de la casa? — El joven amo Montecristo se encuentra en el despacho — la empleada que había entrado antes miró como la anciana caminaba en dirección a la oficina — ¡Espere! Él dijo que no quería que nadie lo molestará, va a salir dentro de quince minutos. — Yo no soy nadie, soy su nana — su postura fue rígida y digna — vayan trabajando en lo que les asigné que quiero tener esta casa limpia antes de que el día acabe. Alejandro que había acostado por completo en la mesa a Aisha, se encontraba embistiendola cuando escuchó el ruido de la puerta
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33: Cerrando ciclos
Alejandro sintió una paz absoluta estando al lado de Aisha, tomó la cintura de la mujer y le dió un beso a un lado de su cuello. — Tengo algo que hacer. Hablaré con un dueño de una inversión que tengo y vendré por la noche, ¿Necesitas algo? — ¿Será que me puedes esperar un momento? Tengo que ir de regreso al hospital. Es necesario estar al pendiente del abuelo Gael. — Pero si estás yendo tan frecuente al hospital puedes enfermar, lo mejor es que te quedes a descansar y ya mañana vas de vuelta. Aisha por más que le insistió Alejandro en que se quedara, no accedió. Después de despedirse de la nana se fueron al hospital y el carro manejado por el chófer de Montecristo se detuvo en el imponente edificio. — Vendré por ti, una vez que termine de mi reunión con ese socio — él le dió un beso a Aisha — no te vayas a ir y tampoco busques a Mel, por favor. — Te pido que investigues todo este asunto, Mel es lo único que tengo de familia. — Ahora yo también seré tu familia — él acarició el r
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34: Temor de él
Alejandro tomó a Aisha del brazo y empujó bruscamente a Christopher. Sus amplias manos que antes la habían llenado de caricias, ahora eran utilizadas de una manera tan fuerte que sus huesos crujían ante la presión.— ¡En este momento nos vamos a la casa y tienes prohibido salir de ahí! — él la jaloneo y ella terminó por doblarse el tobillo.— ¡Ay, me duele, me duele! — Aisha se tomó el tobillo y arrugó su cara — ¡¿Qué demonios te pasa?! No es lo que parece, Christopher solo me estaba abrazando y nada más.Alejandro al ver el tobillo de Aisha tan hinchado decidió cargarla, ella empezó a sacudirse bruscamente pero decidió calmarse por miedo a caer de esa altura y perjudicar a su bebé.— Alejandro — él la puso en el asiento del copiloto con algo de brusquedad pero suavidad — ¿Qué es lo que sucede? No puedes estar así por un simple beso, escucha, yo…— ¡No me interesa saber nada de ti! ¡En la casa me vas a escuchar! Alejandro manejó como si el diablo iba detrás de él, Aisha se asustó tan
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35: Disculpas aceptadas
La nana se iba a ir pero Alejandro la detuvo.— Si necesita un doctor por favor llama a uno, que sea el mejor.— Está bien, ahora ve a hacer lo que te dije.La nana de Alejandro se hizo cargo de llamar a un doctor, al ir a ver a Aisha la encontró sumamente afectada mientras revisaba su tobillo.— Créeme que trato de entender a Alejandro, a veces se porta tan tierno que incluso siento que lo estoy queriendo, pero en otras ocasiones se vuelve un salvaje y no deja rastro alguno de ese hombre amoroso que está dispuesto a hacer muchas cosas para protegerme.— Lo entiendo pequeña, créeme que sí. Mira, Alejandro fue un hombre muy abandonado por sus padres, la única compañía que él tenía eran las empleadas y hubo una que le dió un maltrato espantoso, es algo que no me he perdonado.— ¿Qué le sucedió?— Verás, cuando él era un niño de apenas cinco años, tenía varias niñeras ya que yo me encargaba del manejo general de la mansión Montecristo. Esa mujer llegó a abusar de él de manera verbal y fí
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36: Negando lo obvio
Aisha sonrió, sintiéndose conmovida por las palabras de Alejandro. Ella se acurrucó más cerca de él, buscando su calor y su protección.— Mi Aisha, eres mi refugio seguro en medio de la tormenta — él acarició suavemente la mejilla de ella — no puedo imaginar mi vida sin ti. Alejandro se sintió profundamente agradecido y en su interior se desprendía una sensación de calma y seguridad mientras rodeaba suavemente a su prometida con sus brazos protectores. Su abrazo era cálido y reconfortante, como si quisiera protegerla de todos los problemas del mundo.— Estoy aquí para ti, siempre — él susurró al oído de Aisha — quiero que siempre te sientas amada y protegida, sin importar qué desafíos se nos presenten en el camino. Eres mi prioridad y siempre serás primero antes que nadie.Aisha se dejó llevar por el abrazo de Alejandro, por un momento fue capaz de sentirse amada y valorada en todo su ser. Ella cerró los ojos y se permitió disfrutar del momento, sabiendo que había encontrado a un bue
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37: Antojos costosos
Los sentimientos de Aisha eran obvios por mucho que intentará negarse, ella simplemente quería que las cosas volvieran a la simplicidad de antes pero al mismo tiempo no. A pesar de que habían pasado muchas cosas en su vida tenía que admitir que tuvo momentos muy buenos al lado del hombre por el que empezaba a sentir algo.— Entre más lo niegues, más va a insistir en empujar la puerta para que le abras — la nana se puso al lado de Aisha y le sonrió llena de amabilidad — no está mal enamorarse.— Eso me hace ser vulnerable y no me gusta cuando no tengo una seguridad brindada, Alejandro a veces me hace confiar y otras veces desconfío. Solo quiero que las cosas entre nosotros estén bien, por este bebé — ella colocó su mano en su vientre — es el menos culpable de lo que pasó esa noche.— Él quiere poner de su parte y es un intento muy valioso, por cierto, ¿En dónde anda?— Se me antojaron patitas de cerdo de un comedor chino que está por el hospital, espero que no tarde porque solo de pens
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38: Cuidados
Alejandro recogió todo lo que Aisha había dejado en la mesita y después llegó con toallas húmedas para que pudiera limpiarse.— Tengo que ir al baño — ella se levantó y se sorprendió en el momento que Alejandro la alzó en sus brazos — ¿Qué haces?— Te estoy llevando al baño, recuerda que tienes el tobillo lastimado por mi culpa y debes de mantenerlo en reposo.Alejandro le ayudó a Aisha a ir al baño, incluso le dió privacidad y cuando ella finalizó regresó a la cama de la misma forma.— Bien — él bostezo — es hora de dormir, que descanses amor.Aisha despertó lentamente, sintiéndose acogida por los cálidos rayos del sol que se filtraban a través de las cortinas. Al abrir los ojos, su mirada se posó automáticamente en Alejandro, quien dormía pacíficamente a su lado. Admiró la serenidad que se reflejaba en su rostro y cómo su respiración tranquila le recordaba que estaban juntos, compartiendo cada instante de sus vidas. Una sonrisa se dibujó en sus labios al darse cuenta de la dicha que
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39: Te amo
Aisha se encontraba un poco preocupada por este detalle, las cosas con Alejandro habían ido muy bien y se mostró como un hombre comprensivo y tener problemas en este momento era algo que no le apetecía.— No te preocupes si no puedo asistir, entiendo que mi pasado no me ayuda ante los ojos de tu futuro marido. Felicitaciones por las cirugías que has hecho, todas son un éxito.— Tienes que asistir, no te quiero fuera ese día tan especial — ella acarició su sortija con afecto — eres lo único que tengo de familia.Aisha se propuso hablar ese día con Alejandro, dado que él se encontraba de buen humor fue que se atrevió a tocar el tema.— Sinceramente no sé si sea buena idea, ¿A ti te interesa mucho?— Claro que sí, por favor Alejandro, ni siquiera me has mostrado pruebas de la supuesta culpabilidad de Mel y tu abuelo se está recuperando por gracia de Dios.— Muy bien, pienso hacer una excepción y si no he presentado pruebas de la culpabilidad de Mel es porque no la he encontrado, sin emba
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40: Un tesoro escondido
Alejandro queda en silencio por un momento, sus ojos se llenan de emoción y gratitud. Luego, una sonrisa luminosa se forma en su rostro.— Aisha... yo también te amo. No sabes cuánto significa para mí escuchar eso de ti — Alejandro se acercó a ella con ternura, tomando sus manos entre las suyas — eres el centro de mi mundo y cada día contigo se siente tan corto que desearía poder pagar para que el tiempo se alargará a 35 horas.Aisha siente un cálido cosquilleo en su corazón al escuchar sus palabras. Se inclina hacia adelante y lo abraza con fuerza.— No puedo imaginar mi vida sin ti, Alejandro.Alejandro la abraza de vuelta, sus ojos brillan con pura felicidad.— Ni yo la mía sin ti, Aisha. Eres mi todo.La nana de Alejandro, se encontraba dedicada a la limpieza de la casa. Mientras limpiaba el clóset del señor Arturo, notó una tabla de madera en la esquina. Curiosa, se acercó y, al intentar quitarla, accidentalmente accionó un botón escondido.La tabla se desplazó suavemente, revela
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