—¿Elvis? ¿Comprometido? Observando el coche que se alejaba, Pedro entrecerró los ojos. Era evidente que esto era un matrimonio de conveniencia entre dos poderosas familias. Y Estrella, era la víctima sacrificada en este enlace. Nacida en una familia muy acaudalada, aunque disfrutaba de lujos y riquezas, había perdido su libertad personal. Incluso en ciertos momentos, tenía que sacrificar algo por el bien de su familia. Por supuesto, él nunca permitiría que algo así ocurriera. Con ese pensamiento, sacó su teléfono y marcó un número.—Josué, necesito que investigues a alguien. —Claro, ¿a quién necesita investigar, señor Pedro? —Preguntó Josué. —A Elvis. —¿Elvis? —Al escuchar eso, el tono de Josué se elevó notablemente. —Señor Pedro, ¿para qué quiere investigarlo? —Para enfrentarlo, ¿acaso lo invitaré a cenar? —Respondió Pedro, muy irritado e iracundo. —¿Qué? —Josué se quedó petrificado, y su voz empezó a temblar. —Señor Pedro, por favor, no me asuste, soy de poco coraje, ¡no
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