LUCIANA :Nuestra ropa fue quedando en todas partes hasta llegar a la habitación de Andrew. Si me preguntan cómo llegamos a casa, pues no sé. Lo único que sé, es que Andrew condujo como un loco hasta llegar a la mansión y de ahí, perdí la noción del tiempo, de la vida… Absolutamente de todo, solo respiro para sentir placer. Cuándo le quito la última prenda a Andrew quedo encantada y muerdo mis labios. Tiene unos fuertes brazos, pecho enorme y bien trabajado, una marcación increíble y ni se diga lo que tiene en medio de las piernas… Me va a partir, pero yo gustosa lo voy a aceptar. —¿Te gusta lo que ves? Me pregunta con el ego por las nubes. —Me encanta. Digo mientras lo empujo encima de la cama y me deleito con esa obra de arte. —Tú cuerpo es increíble y comestible. Susurro mientras relamo mis labios y Andrew me mira extraño. Su boca se abre para hablar, pero no le doy tiempo y llevo mis manos a masajear su enorme miembro, luego bajo mi boca y chupo con delicadeza la punta.
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