-¿Qué… qué… quién…? Joder, ¿De verdad estaba preguntando quién m****a aun se descomponía colgado de las cadenas detrás de la reducida celda? El olor era intenso e insoportable. Desvié mi atención del cadáver con parte de piel aún encima y miré al lobo blanco. Este soltó un gran bostezo. A la m****a, yo ni siquiera quería entrar aquí. Me levanté sobre mis piernas temblorosas y les di la espalda a ambos. ¿Jugada estúpida darle la espalda a un posible asesino? Si. ¿Me importaba? Ni un poquito. Lo importante era salir del escalofriante y pestilente lugar. Yo no era ajena a la muerte. Después de todo, durante mi tiempo de cautiverio vi a un montón de personas morir. No, yo no le temía pero eso no quería decir que quisiera seguir viviendo con muertos a mi alrededor. Muertos en el lago, muertos frente a la Casa de la manada, sangre seca en algunos puntos del bosque, muertos debajo de la cama… si, había terminado. Salí a trompicones de la rampilla y respiré el dulce, y precioso aire fr
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