LXVI. La droga se resuelve en 9 meses
Punto de vista de Alan: Cuando Estefanía entró en esa habitación donde llevaba uno tiempo esperándola, la quise abrazar para sorprenderla en la oscuridad, pero lo que me encontré fue un susurro de ella diciéndome que tenía mucho mareo y ganas de vomitar. Enseguida pensé, que a pesar de nuestros esfuerzos y de todas las personas que teníamos vigilándola, había sido drogada finalmente. "¿Cómo lo hizo esa m@ldita?", me pregunté, pero ahora no era el momento de las especulaciones. La senté en el mueble de la habitación, le di un poco de agua de la que dejaban preparada sobre la mesita auxiliar y la acompañé al baño donde, realmente, terminó vomitando. Escuchaba en la habitación de al lado, los pasos de la multitud, el estruendo de la puerta y luego el escándalo asombrado de las personas. Imaginaba todo lo que estaba ocurriendo, pero no me importaba, porque mi persona más preciada, estaba entre mis brazos, pálida y débil. Decidí dejarla por unos segundo y salir a buscar a mi abuela,
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