Inicio / Romántica / La vida secreta de mi secretaria / Capítulo 61 - Capítulo 68
Todos los capítulos de La vida secreta de mi secretaria: Capítulo 61 - Capítulo 68
68 chapters
LXI. Una mujer despechada y herida
- Toma un poco de agua y cálmate- le digo pasándole una de las servilletas de papel y ella se sirve un poco de agua y se lo toma con manos temblorosas.- Lo siento, que vergüenza que hayas tenido que presenciar algo tan desagradable- me dice limpiándose las grandes lágrimas que caen de sus ojos y trata de reprimir.Hoy, como siempre, está impecablemente vestida y estoy más que seguro de la calidad de su maquillaje, porque no se ha movido ni un poco del lugar.- No pasa nada, en realidad, era bastante injusto que tres personas se enfrentaran a una sola- le digo y tomo de mi copa de vino blanco, voy caminando hasta el hospital, así que no hay problemas con tomar un poco.A través de su relato me entero del meollo del asunto y es que resulta que todas estudian en la misma universidad.Sofía está estudiando administración de empresas en la universidad, para apoyar en el negocio de su familia de moda y cosméticos, pero a la vez estudia química y perfumería con un famoso experto.Todas esta
Leer más
LXII. Descubriendo la verdad
En esos momentos me podían comparar fácilmente con un perro mojado y triste bajo la lluvia, por decirlo metafóricamente.Le intenté explicar todo lo más claramente posible a Estefanía, yo parado jurando y perjurando ser inocente de los cargos que se me imputaban y ella sentada con los brazos cruzados sobre el pecho, sin decir palabra y solo mirándome.- ¿No me crees, verdad?- resumí finalmente derrotado- Por favor dime algo, estoy listo para tu desprecio- agregué con dramatismo sentándome en el mueble al frente de ella y ya listo para mi sentencia, a pesar de tener la boca seca de tanto explicarme.- Si te creo, ya sé que ella está enamorada de ti hace mucho tiempo y es la persona que ha estado jugando a nuestras espaldas todo este tiempo- me dice de repente y levanto de golpe la cabeza para mirarla incrédulo.- ¿En serio, no me estás tomando el pelo?- le pregunto como un niño porque me parece tan fácil que esto se resuelva así, sin una discusión tormentosa o peor, Estefanía, ya cansa
Leer más
LXIII. Te lo pido como tu hombre y tu futuro esposo
Punto de vista de Estefanía:Mi reloj biológico siempre me despierta a la misma hora temprano, todos los días y al igual que siempre, pretendo levantarme para ir a organizar las cosas de la empresa, ya que Alan hoy trae a su abuela de vuelta a la casa.Abro los ojos y ya me voy acostumbrando al nuevo entorno del cuarto, a lo que no estoy acostumbrada es a dormir con Alan en la misma cama y mucho menos, con el estilo de cucharita que tenemos ahora mismo.Alan me está agarrando posesivamente por la cintura y tiene una pierna metida entre las mías. Llevamos unos días durmiendo juntos y hasta ahora se ha estado comportando, pero creo que hoy rompió todas las normas.Intento salir poco a poco de sus brazos sin que se despierte, pero me sorprendo cuando mi trasero roza con algo duro y muy despierto, entre las piernas de Alan.Claro, es normal en los hombres por la mañana, pero no es nada normal que al parecer se sintió estimulado por mi pequeño movimiento y ahora haya apretado más su agarre
Leer más
LXIV. Necesitamos que muerda el cebo
Punto de vista de la Secretaria Monroe:Finalmente, está la abuela de Alan aquí en la casa. Como habíamos quedado con anterioridad, ella ocupaba la parte de abajo y nosotros estábamos arriba.Pero era imposible estar siempre encerrados en el cuarto y más cuando el comedor, la cocina y otras instalaciones estaban en la planta baja. Me sentía un poco incómoda cada vez que la veía, pero al final esta era su casa y nosotros somos los intrusos.Todo lo hacía por Mateo, por mantenerlo a como diera lugar a mi lado, porque como estaba previsto, al otro día de estar en la casa la abuela de Alan, llegó el trabajador social y efectivamente, era el señor muy observador y al parecer bien perspicaz.Estábamos sentados en la sala y las manos me sudaban del nerviosismo por todas las preguntas capciosas y con trampas ocultas que nos hacía. Incluso pidió entrevistarse solo con Mateo y luego el niño me dijo que le había preguntado como nos llevábamos Alan y yo, que si dormíamos en el mismo cuarto, como s
Leer más
LXV. El plan se pone en marcha
Punto de vista de la Secretaria Monroe: Me siento totalmente fuera de lugar en esta fiesta de alta alcurnia, acompañando a la Sra. Elba Kingsley y a Alan. Todos me miran un poco raro y algunos, sé que susurran a mi espalda, pero lo que me consuela es que Alan nunca ha soltado su agarre de mi cintura y a todos me presenta como su prometida, hecho que ha dejado a más de una con la boca completamente abierta. ¡Atrás resbalosas, que este hombre ya tiene dueña! La Sra. Kingsley también ha confirmado cuando le preguntaron que nosotros estamos comprometidos, solo que hicimos una reunión familiar y no habíamos tenido oportunidad de anunciarlo al mundo, debido a su enfermedad, de la cual aún se estaba recuperando. Nuestra relación de convivencia en este tiempo ha sido estable, no nos llevamos bien, pero tampoco hemos tenido ninguna diferencia. Sobre todo el hecho de que ahora Mateo está haciendo la rehabilitación en la casa y ella está muy involucrada en todo lo referente al niño, esa pre
Leer más
LXVI. La droga se resuelve en 9 meses
Punto de vista de Alan: Cuando Estefanía entró en esa habitación donde llevaba uno tiempo esperándola, la quise abrazar para sorprenderla en la oscuridad, pero lo que me encontré fue un susurro de ella diciéndome que tenía mucho mareo y ganas de vomitar. Enseguida pensé, que a pesar de nuestros esfuerzos y de todas las personas que teníamos vigilándola, había sido drogada finalmente. "¿Cómo lo hizo esa m@ldita?", me pregunté, pero ahora no era el momento de las especulaciones. La senté en el mueble de la habitación, le di un poco de agua de la que dejaban preparada sobre la mesita auxiliar y la acompañé al baño donde, realmente, terminó vomitando. Escuchaba en la habitación de al lado, los pasos de la multitud, el estruendo de la puerta y luego el escándalo asombrado de las personas. Imaginaba todo lo que estaba ocurriendo, pero no me importaba, porque mi persona más preciada, estaba entre mis brazos, pálida y débil. Decidí dejarla por unos segundo y salir a buscar a mi abuela,
Leer más
LXVII. Feliz casamiento, Srta. Evans
Resulta que al igual que la Srta. Evans me vigilaba, mi abuela también tenía a alguien monitoreando todos sus pasos. Sospechábamos que en la celebración ella haría su movimiento, porque era el momento oportuno de acercarse a mí y además, con lo desesperada que estaba porque sus padres ya la habían comprometido con el viudo y ella no quería casarse, era su último chance para tramar algo en nuestra contra. Días antes de la fiesta, se reunió con mucha cautela en un bar apartado, con un tipo super sospechoso, hablaron largo tiempo, ella le pasó un sobre blanco y cada cual se fue por su lado. No sabíamos que trato habían hecho, pero estábamos muy alertas. - ¿Esos fueron los días que no me dejabas salir sola y hasta andábamos con más guardaespaldas?- me pregunta Estefanía y asiento. No sabíamos bien que tramaban y al investigar al tipo, resulta que estaba involucrado en la venta clandestina de algunas drogas en clubs nocturnos, donde iban chicos de la alta sociedad. Así que lo mandamos
Leer más
LXVIII. Eres y siempre serás, mi secretaria pelirroja favorita
Punto de vista de Alan: Durante estos dos meses que han pasado, mi abuela ha hecho uno de sus actos de magia para prepararnos una magnífica boda. La fiesta de compromiso, si se celebró en un ambiente familiar, con algunos amigos míos como Williams y la amiga de Estefanía, Alicia. No podía creer que finalmente esta hermosa y complicada mujer, sería finalmente mía, después de tantos giros del destino. Y hablando de Williams, casi no quiere asistir muy apenado en ver a Estefanía, porque finalmente nunca pudo atrapar a la fotógrafa Rita, ella huyó hasta afuera del país. Solo espero, que de verdad el dinero que sacó por su fechoría, le hubiese servido para concebir el hijo que tanto quería, porque nos enteramos de que había aceptado el soborno, para pagar un costoso tratamiento de fertilidad. Estefanía le dijo que eso ya había pasado, que todo quedaba bien entre ellos y solo, no podía volver a cometer ese error, que pudo habernos costado demasiado. Si tuviese que resumir los aconteci
Leer más