Richard MüllerMantengo mi rostro entre las manos rogando que mi niña y mi hija estén bien cuando llegamos al hospital nos recibieron de inmediato ella fue puesta en una camilla bajo la atenta evaluación de los médicos su rostro estaba mortalmente pálido mientras que su respiración apenas era un murmullo perceptible.La peor pesadilla de mi vida se estaba desarrollando ante mis ojos no prestaba atención a las palabras de los médicos concentrado en el rostro de mi esposa solo Marian trataba de responder a las preguntas que lanzaban los galenos. Lo único que mi cerebro lograba entender en mi embotamiento era sobre mucha sangre, desprendimiento, sufrimiento fetal, necesidad de realizar una cirugía.—Richard —Escucho decir a Marian —Ellas estarán bien ahora están en manos de profesionales que van a ayudarles te necesitan fuerte no puedes quebrarte en este momento ¡Me estas escuchando!Pero no respondo tengo miedo decir que estoy de acuerdo con ella cuando fui quien vio su rostro cuando se
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