Alejandra Marie Costa —Este vestido se verá hermoso en ti Alejandra, vamos debes probártelo —Me guía a los probadores la señora Lucrecia, entusiasmada. No, puedo ni negarme porque antes de salir de casa me advirtió que compraría muchas cosas para mí y el bebé, entusiasmada, como puedo llevarle la contraria. Así que aquí estamos en el centro de Londres en compañía de Lina y Marian, eligiendo ropa sin muchas alternativas de negarnos. Me gusta la señora Lucrecia, ella es cálida me hace sentir bien en su compañía. Es una mamá amorosa con su hijo, lo que se extiende incluso a mi por el simple hecho de ser la madre de su nieto. —Si, muy linda por favor también llevaremos este vestido, junto a lo demás puede mostrarme abrigos y pantalones —Se dirige a la dependiente con amabilidad. —Si, señora de inmediato. —Lina, también elige cosas para ti por favor —Mi amiga se sonroja tratando de negar, pero la madre de Richard insiste —Vamos querida, compláceme necesitan ropa para todo el tiempo q
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